Capítulo 9: El discípulo sobresaliente

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—Joven amo, ¡hay un pueblo adelante!

Cuando la neblina se despejó, se podía apreciar el pueblo que había impresionado al sirviente, quien subconscientemente se emocionó luego de verla.

Wang Lu puso sus manos en su hombro y habló tratando de relajarlo: —¿Qué ocurre? ¿no estabas quejándote de estar hambriento y sediento antes? Aquí está el lugar para que te reestablezcas.

El sirviente lo miró con un rostro lleno de inquietud antes de decir: —maestro, ¿Acaso piensa que hay algo malo con este pueblo?

—Bueno, luego de caminar por cuatro horas, cualquiera tendría hambre. Por supuesto que habría un pueblo por acá. ¿Acaso ellos esperaban que camináramos hasta la muerte?

—Pero aún se ve sospechoso, ¡Mire! Hay gente en el pueblo.

El sirviente señaló al pueblo, había una mujer de edad avanzada llevando leña que lentamente se les acercaba.

—A...Amo, ¿Acaso piensa que esa mujer viene por nosotros?

—¿En serio? ¿acaso ella hace que tu corazón se acelere? ¡Oh! Eso es tierno.

—N...No, ¡digo que es una persona viviente!

—Claro que lo es. ¿Qué más podría ser? ¿Un fantasma?

—Siento que este lugar es, un lugar donde los fantasmas son más normales que las personas...

—Genial, tal vez podamos usar un chiste de fantasmas para que puedas coquetear con ella. Oh, tengo uno: "Hola, eres la persona más buuu-ena que conocí" ¿qué tal?

Viendo que su sarcasmo y ese chiste malo no estaban funcionando, Wang Lu suspiró antes de expresar: —si tienes miedo, solo sígueme. Probablemente haya que hacer muchas cosas en el pueblo. No podemos dejar pasar nada.

El pueblo oculto detrás de la niebla no era tan misterioso o aterrador como el sirviente había pensado. Luego de hablar un poco con los aldeanos, descubrieron que el nombre del pueblo era "Taoyuan". Los pobladores habían vivido en esta aldea oculta durante miles de años, y no sabían nada acerca del mundo externo. Los recursos en este pueblo eran abundantes y habían tenido una vida prospera durante los últimos mil años.

Los pobladores de Taoyuan eran hospitalarios y amigables. Cuando llegó el medio día, el jefe del pueblo organizó un banquete en su residencia, y la mitad del pueblo vino. Wang Lu y su pequeño sirviente comieron hasta sentir que iban a explotar, y con gusto bebieron el vino dulce hecho con el agua de manantial de la montaña y frutas silvestres. Ellos estaban revitalizados de su fatiga del mapa de las nubes.

En el banquete, además de devorar comida, ellos también hablaban y reían. Tal como Wang Lu había esperado, pudo obtener mucha información. Lo que era extraño en Taoyan, era que estaba extremadamente desconectado del resto del mundo. Dejemos de lado "Las nueve regiones" ellos no sabían siquiera que estaban en la montaña Lingjian. Para los pobladores, las montañas y el agua alrededor del pueblo era su mundo.

Lo que era más extraño era que los pobladores no estaban interesados en el resto del mundo. De hecho, ellos eran hospitalarios con los extranjeros, pero no preguntaban nada sobre el mundo exterior.

—¿Qué? ¿Hay inmortales afuera? ¡Volar sobre espadas debe ser genial! Ten, come algo de pescado amarillo; es la especialidad de nuestro pueblo. Toma un poco...

—¿Emperador? ¿Qué es un emperador? ¿Es más grande que nuestro feje de pueblo? ¿Qué tienes que arrodillarte frente al emperador? ¿Qué puede mandar a ejecutarte cuando quiera? ¡Que tirano! Ten algo de bollos que hizo mi esposa...

Había una vez, la montaña de LingjianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora