Capítulo 1

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El día anterior había sido la inauguración del nuevo ciclo escolar, hacía algunas semanas que el asesino en serie, Sirius Black había escapado de la prisión más resguardada del mundo mágico: Azkaban.

Nunca nadie había escapado de esta prisión y bueno, la noticia de la fuga de Black había desatado un caos y miedo. Black estudió en el Colegio de Hogwarts de Magia y Hechicería, perteneció a la Orden del Fénix junto con sus amigos, el matrimonio Potter a quienes traicionó entregándolos a Lord Voldemort; para después intentar huir y asesinando a su paso a 13 personas: 12 muggles y un mago. Pero los autores lo habían atrapado en la escena del crimen y así fue como metieron a Black en Azkaban si haberlo hecho un juicio antes.

Todas los magos y brujas vivían desde entonces con miedo, pues uno de los principales seguidores de El Que No Puede ser Nombrado, hasta se podría decir que su mano derecha había escapado de Azkaban y todos creen que él va detrás del chico que destruyó a su Señor: Harry Potter... Pero

En una de las frías mazmorras del Castillo de Hogwarts se encontraba un hombre que parecía no temer al asesino en serie, es más, parecía que él desea encontrarse con Black para ajustar cuentas. Este oscuro hombre era Severus Snape, el temible profesor 
de Pociones.

Snape, vestido completamente de negro salió de sus aposentos en dirección al Gran Comedor, en cada pasillo le restaba puntos a las Casas de los alumnos que se habían cruzado por su camino, una vez que llegó a la mesa de profesores se sentó como siempre a un lado del profesor Dumbledore, pero no contaba que a su lado se sentara Lupin, el nuevo "profesor" de Defensa Contra las Artes Oscuras. Él aún no entendía el por qué Dumbledore lo había contratado, pues había muchos y más cualificados para la materia, él, por ejemplo.

En su época de estudiante había conocido a Black y entre sus amigos figuraba Lupin, por ello, le era imposible creer que aún sabiendo esto, Dumbledore había metido al castillo a uno de los amigos del vil traidor y espía, Black.

Estaba en la mitad de su desayuno cuando observó que una lechuza se dirigía hacia él, qué raro, él nunca recibía cartas, y no sólo él se sorprendió, sino también todo el colegio. Desató la carta que le trajo la lechuza y lo miró disimulando su incredulidad.

-Anda muchacho, abre la carta con confianza- es el profesor Dumbledore que lo saca del trance en que estaba.

-Lo abriré una vez que esté en mi despacho, Albus- contesta de manera fría.

-Puedes hacerlo aquí, anda.

Snape refunfuñando en su interior abre la carta.

"Querido Severus:"

¡¿Quéééé?! Gritaba Snape en su subconsciente. Nadie le había escrito una carta desde que su madre hacia fallecido hace muchos años, claro a excepción de Dumbledore, pero no creía que el viejo director le enviara una carta comenzando con el "Querido Severus" ¡Esto tenía que ser una broma!

" Cómo poder explicarte lo mucho que te amo"

¡¿Qué?! Esto definitivamente era una broma, pero ¿de cuál de esos mocosos?

"Cuando me metía en las páginas de lectoras de Facebook...

¿Qué es Facebook?

"Muchas chicas publicaban haberse enamorado de personajes ficticios y haber llorado mucho por ellos"

¿Enamorarse de personajes ficticios? ¡Qué gran locura!

"Al principio sólo me reía de ellas y las consideraba unas tontas románticas, pero ahora mírame te estoy escribiendo cartas como una tonta enamorada que soy"

Releyendo esta parte Severus pudo entender que ella se refería a que a que ÉL era un personaje ficticio, ¿pero qué demonios...? Pensaba el profesor de pociones.

"Amado mío, espero que dondequiera que estés sepas que hay alguien que te ama con todo el corazón"

Estoy estupefacto, es lo único que diré.

" Pd: tengo hambre, si existiera el caldero Chorreante ¿me invitarías a comer?"

¿Qué? ¿Y a mí qué me importa si tiene hambre o no?

Esto era una broma muy pesada, como los que le habían hecho los gemelos Weasley. Los gemelos Weasley, seguramente eran ellos y el profesor Snape le restaría puntos a Gryffindor, más de los que restaba normalmente.

-Dumbledore, ¿podríamos platicar en tu despacho? Es algo urgente.

-Por la cara que tienes, es mejor ir allá ahora mismo.

Ambos hombres se levantaron de la mesa y se dirigieron a la puerta, Severus podía sentir la mirada de todos esos mocosos puesta en su persona, ¿es tan raro que él reciba una carta? De hecho sí. ¿Quién demonios me envió la carta? Seguía preguntándose el oscuro profesor. El "Amado mío" seguía taladrandole la mente, ¿Quién podría se tan ridícula para escribir eso? Miró nuevamente la hoja, ¡ni remitente traía!

Severus, envuelto en sus pensamientos sin darse cuenta ya habían llegado a la gárgola que conducía al despacho de Albus. Él dice la contraseña y ambos subieron.

-Toma asiento, muchacho- pidió Albus una vez que llegaron a su despacho, el otro tomó asiento temblando de furia, si él llegara a descubrir a los chistosos que le enviaron esta carta, esperaba que esta vez Dumbledore los castigara- y dime de qué trata el asunto, porque ahora mismo no puedo descifrar tu rostro, es un rara mezcal entre curioso, furioso e ilusionado.

-¡¿Ilusionado?!- Severus se había puesto de pie de un salto.

-¿Pero porque esa reacción? - pregunta Dumbledore sin ocultar su típica sonrisa divertida.

-Creame Albus que estoy de todo menos ilusionado- contestó fríamente Snape.

-Ambos sabemos que eres vulnerable a cerrar tu mente ante mí, muchacho.

Severus reflexionó por un momento, era cierto lo que decía el viejo director, simplemente él no podía cerrar completamente su mente ante él.

-Me han enviado una carta...- dijo cortante mientras Dumbledore intentaba no dejar salir su risa.

-Eso es obvio, muchacho, de hecho todo el colegio lo sabe- no se aguantó más y se comenzó a partir de risa ante la mirada asesina del pocionista.

-La carta me lo envió una persona que asegura que yo soy un personaje ficticio- comentó Snape una vez que el director hubo parado de reír; esperando que él supiera la respuesta.

-¿Un personaje ficticio?, ya veo, muchacho- el profesor Dumbledore había hecho un pose de estar meditando- tengo una teoría pero no te la puedo decir, aun no.

-¿Y no se le ha ocurrido que estoy puede ser alguna broma?

-Si fuera una broma, la carta estaría  llena de insultos y por lo que veo no es así - comentó divertido mientras el otro se sonrojaba ligeramente- esperemos a ver qué pasa mañana.

Snape, mordiéndose la lengua por no decir lo que pensaba decidió mejor hacerle caso al director y esperar.

-Con su permiso, señor director.

-Hasta luego, profesor Snape.

Severus salió del despacho de Albus y se encaminó al aula de pociones que se encontraba en las mazmorras, preparándose para iniciar un nuevo año escolar con esos mocosos alcornoques.

Habría que esperar a ver qué pasaba
mañana.




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FECHA DE PUBLICACIÓN DEL PRIMER CAPÍTULO: 23 DE NOVIEMBRE DE 2017



¡¿Quién demonios me envía estas cartas?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora