07: ¿Qué le da pie a la venganza?

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Viernes 20 de mayo de 2016 | 22:43 horas

El paliducho logró colarse entre la gente, sabía bien cómo escabullirse entre los individuos, en su cabeza solo aparecía aquel objetivo que desde hacía meses había estado planeando, justo era esa noche que por fin su plan sería consumido por la sangre derramada de Kim Namjoon.

Sus pasos avanzaron por lo largo de aquellas escaleras de madera, nadie notó su presencia, todo aquel bullicio permanecía extasiado con los aperitivos y con la música que salía de los altos parlantes, mientras que su caminar le llevaba al segundo piso pudo recordar cómo es que sus acciones lo habían llevado hasta ese momento y cómo es que en ese momento se sentía miserable, incluso dudaba ahora de cometer lo que tanto ansiaba, la misión de vida de Yoongi era paradójicamente, arrebatarle la vida a sujetos como Kim Namjoon.

18 Enero de 2015

—Espero que esta vez seas puntal y no te demores tanto como la última vez, tardaste demasiado en traerme la cabeza del maldito de Lee Jaehwan — el hombre imponente permanecía de espaldas sentado en su sillón rojo aterciopelado, solo el humo de un puro podía verse mientras Yoongi esperaba frente a él con la mirada fría e impasible.

—Todo dependerá de que tan rápido reciba mi paga señor Kim Seokjin.

—¿El dinero siempre ha sido lo único que te importa, no es así Min? — Kim se había dado la vuelta, su mano diestra se posó sobre el folder amarillo que descansaba sobre su escritorio, lo deslizó frente a Yoongi y acto seguido dejó otra calada — Te daré lo que me pides, siempre y cuando me traigas la cabeza de ese hijo de puta.

—Entonces déjeme ver de quién se trata — Yoongi tomó entre sus manos el sobre, lo abrió sigiloso y sacó de aquel un par de fotografías donde se mostraba a la esposa y al hijo de aquel pobre desgraciado —, Kim Namjoon 40 años de edad, vive con Park Suni de 30 años de edad y su hijo, Park Jimin de 19 años de edad, todos residen en una lujosa mansión en una zona adinerada de Seúl, hace falta información pero, descuide que seré yo quien la consiga.

—Me parece muy atinado lo que estás diciendo, así que vete de aquí... y Min, espero que sepas que si no tengo la cabeza de Kim Namjoon en mis manos, será la tuya la que adorne mi repisa.

—Será pan comido, no se preocupe señor.

Viernes 20 de mayo de 2016 | 23:37 horas

El plan del pálido había dado frutos después de acercarse a Jimin por medio de una popular red social, de otro modo, no habría tenido la misma suerte para acercarse a Kim Namjoon, por esa razón se sentía miserable, su plan había tenido un enorme error, jamás creyó que el chiquillo de ojos inocentes le cautivaría el corazón y la piel con aquella pasión. Sus pies le habían llevado justo en ese momento al segundo piso de la mansión, cauteloso se paró frente a la última puerta de aquel enorme pasillo y justo como lo hizo con la serie de puertas anteriores, dejó que su oreja se acercara al marco de esta para poder detectar algún tipo de sonido que le indicara que su presa se encontraba dentro. Esta vez su acción repetida no había sido en vano, pues efectivamente había obtenido lo que buscaba, escuchó dentro de esa habitación el delicado sonido de cómo un vaso de cristal había sido dejado sobre algún tipo de estructura de vidrio, por ello el sonido había logrado escapar entre aquella madera de caoba. Min no lo pensó, sacó el arma que llevaba escondida e irrumpió dentro de la oficina de Kim Namjoon.

La sorpresa invadió el cuerpo de dicho sujeto quien de inmediato le observó, parecía que sus ojos buscaban hacer contacto con el joven enmascarado, este último no se inmutó por la mirada fría y directa de aquel hombre, cuando Min cerró la puerta tras de sí apuntó con el arma la cabeza de Namjoon.

Confesión de AsesinatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora