El camino fue relativamente corto, no hubo más que silencio, el rostro de Jordan ya estaba un poco más relajado y yo tenía menos ganas de empujarlo de un barranco.
Estacionó para luego bajarnos del auto.
Nunca había estado en un lugar como ese, la fachada parecía bastante discreta, sin embargo el interior era totalmente diferente.
El lugar no era tan grande y una potente luz roja alumbraba todo, había varias lámparas de araña que colgaban sobre los techos y el ambiente era tan embriagante como agrio.
Parecía un burdel, aunque se veía bastante elegante a pesar de tener un estilo moderno.
—¿Me vas a prostituir?– pregunté en broma mientras lo seguía.
—Sería una pérdida de tiempo querida, una bebida aquí podría costar más– dijo burlón– te presentaré a algunos amigos, solo no seas tú– siguió.
—Como sea.
Pasamos por unas mesas más y en una de ellas, Jordan paró.
—Pensé que no vendrías– habló uno de los chicos, noté que tenía el cabello ondulado y rubio, su acento era diferente por lo que deduje que no era aquí, analicé su rostro y me pareció bastante atractivo.
—¿Quién es la acosadora?– preguntó la rubia que estaba a su lado, quién me observaba con curiosidad.
WTF
Jordan me miró con una sonrisa de «¿qué pasa contigo?» la cual devolví con una sonrisa de «tus amigos son idiotas» claramente las interpretaciones las hice yo.
—Ella es Andra, mi media hermana– dijo mientras pasaba un brazo por mis hombros, traté sutilmente de quitarlo, pero él me pellizcó.
—Oh, soy Alessio y ella es Alexa mi hermana– dijo mirando a la rubia que me había puesto expuesto.
—Adley–dijo el moreno que estaba al otro extremo, con una expresión divertida.
—Un gusto– dije un tanto incómoda aún por el comentario de Alexa.
—¿Y los demás?– dijo Jordan, mientras cogía uno de los tragos que se encontraban servidos en la mesa.
—Ni idea, no respondieron el mensaje que les envié– dijo el moreno mientras revisaba su celular.
—Como sea, faltan dos días para regresar a ese pedazo de infierno y aún no llega mi vestido para el Hemkomst, supongo que ella también irá, ¿o solo estás de visita?– preguntó con notoria curiosidad.
—Me quedaré a vivir aquí– dije sin muchas ganas.
No trataba de hacer amigos, no quería parecer amable, solo quería dormir.
—Jordan, espero que la prepares para el Hemkomst, no parece muy sociable y si quiere sobrevivir debe familiarizarse un poco más con los... eventos– soltó Alexa sin quitar la mirada de horror de su rostro y un tono de voz aparentemente preocupado.
—Cierto... verás querida hermanita ¿debería llamarte así?– se detuvo un momento y luego continuó– como sea, el Hemkomst es la primera actividad de La Fontaine school, la asistencia es obligatoria, así que resumiendo el asunto, no tienes elección– dijo Jordan mientras trataba de ocultar una sonrisa provocada por la expresión de mi cara.
—Solo no hagas cosas estúpidas en ellos, quedará grabado en tu expediente– dijo Adley con una maliciosa sonrisa.
—No le encuentro gracia a tu comentario Ad– respondió Alexa con una mirada de rabia.
—No la asusten que no es tan malo, considéralo una oportunidad de hacer amigos– habló Alessio por primera vez desde su presentación.
Sin duda era el más normal.
—Iré.
No era el momento para salir de fiesta, no tenía ganas y aunque sabía que tenía que superar todo en algún momento, lo sentía aún muy reciente.
Mi estadía en ese lugar era cada vez más tolerada, Jordan era un poco menos idiota cuando estaba con ellos, Alexa... Era Alexa, Adley parecía ser más reservado y Alessio no paraba de hacer chistes nada divertidos, no estábamos ligando, de otra forma me hubiera reído de ellos.
Pasadas unas cuantas horas, Jordan me dijo que se sentía un poco mal, tras despedirnos pedimos un taxi pues el idiota había bebido demasiado y yo no era lo suficientemente experimentada para conducir bien su caro auto sensible.
—¡Puedes subir y ya!
Jordan se resistía a entrar en el taxi.
—Solo quiero, bailar un poco– dijo riéndose mientras miraba al cielo.
—Demonios, eres más ridículo ebrio– lo empujé de mala gana adentro y este se quejó por el golpe que había recibido, no es como si fuera a recordar esto mañana.
—Eres una mala hermana, ya me caes mal– dijo mientras el auto por fin se ponía en marcha.
El bajar fue un lío más, era mi primer día aquí y ya tenía que soportarlo.
Entramos por la puerta de la cocina y cada uno se dirigió a su habitación, ahora que estaba a salvo, podía dejarlo al fin, no iba a morir dentro de la casa.
—Gracias Andra, no eres una bruja después de todo– dijo sonriendo mientras a torpes pasos se dirigió hacia la puerta de su habitación.
No le presté atención pues sus neuronas estaban lo suficientemente dormidas como para llegar a formar una oración coherente.
Entré a mi habitación y me tiré por fin en la cama, mi estómago rugió, no había ingerido más nada que la comida del avión, hubiera cenado aunque sea un poco si no hubiera sido por Jordan y sus daddy issues, aunque yo también tenía a Denysse, así que estaba igual o peor que él.
Miré el libro que estaba en la mesita de al lado y le quité el plástico, eso había sido demasiado extraño, sería genial que me pasara todos los días.
Apagué la luz y me decidí a dormir aunque la verdad tenía demasiadas cosas en la cabeza, el Hemkomst me daba curiosidad, ¿sería tan genial cómo dicen?
•••
Al despertar me di cuenta que ni James ni Denysse estaban en casa, lo cual fue un alivio, ¿será que el universo por fin conspiraba a mi favor?
—Están en el trabajo, no cantes victoria– dijo Jordan entrando al comedor en dónde ya estaba todo servido.
—Gracias por arruinar mis momentos de gloria, deberías ir a recoger tu auto de una vez en lugar de estar aquí molestando.
Bebí un poco del café que estaba servido.
—Segundo día aquí y ya me quieres botar mi casa... Por cierto vienes conmigo, lo de ayer no era broma, irás al Hemkomst, te llevaré al Mall para que puedas elegir algo decente, ya que no tuvimos tiempo de hablar con Rossell.
¿Quién tornados era Rossell?
—No tengo dinero– dije comiendo un pedazo de tostada.
—Sabes qué, también compraremos un libro de modales.
Tras pedir un taxi, (ya que desistía a entrar en un bus) llegamos por fin al lugar que ahora estaba cerrado.
Buscamos su auto y por fin nos subimos en él.
Al llegar al Mall, estacionó y nos dirigimos hacia la entrada de este.
Su teléfono sonó en dos ocasiones, cuando se aburrió de oír el mismo tono contestó por fin.
—¿Qué quieres Abel?– dijo con un tono quejoso– Sí, sí, no estoy de haciendo nada importante— se fijó un rato en mí y luego prosiguió– claro, estaré allí en diez minutos, espérame.
Colgó y estaba lista para insultarlo, me dio un fajo de billetes.
—Será suficiente con eso, mi trabajo de hada madrina terminó, pasaré por ti en tres horas– dijo antes de perderse entre la gente.
No tuve tiempo de reclamar, ¿es que esto era una broma? Me acaba de dejar en quién sabe dónde. Pregunté por algunas tiendas y gracias a lo que sea pude encontrarlas sin problemas.
Había transcurrido casi dos horas y por fin había conseguido todo lo que según yo necesitaba, elegí el que más me gustó junto a un par de tacones, ya que los de mi clóset eran para protagonizar "la caída del año".
Me dirigí hacia el patio de comidas y pedí una pizza personal, pues me moría de hambre.
Sin duda el mejor momento del día, libre de la problemática familia.
—¿Está ocupado? Su voz parecía familiar.
Me giré para ver de quién se trataba y en ese momento dejé de masticar la comida.
—¿Me estás siguiendo?
—No creí que fueras tan egocéntrica– respondió rodando los ojos.
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¡Hola!, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que lo haya sido de tu agrado, si fue así no olvides darme un voto.
¿Cómo te imaginas el Hemkomst?
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La Vie en Black
JugendliteraturAunque el hecho de vivir entre lujos y poder parece tentador, para Andra será el cuarto círculo del infierno. Su recientemente padre fallecido, la tutela de su codiciosa madre y el ostentoso colegio al que deberá asistir serán parte de su vida, Y...