Capítulo IV

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Reticencia.

Con un fuerte sonido de trompetas mezclado con animales, gritos y demás cosas, despertó Maf de su profundo y algo turbado sueño. Continuaba vestida como la noche anterior, incluso con los zapatos puestos, empezó a recordar en qué momento se había quedado dormida.

Suspirando al mismo tiempo que intentaba sentarse en el suelo, en el cual se había dormido. Talló sus ojos e intentó abrirlos ya que los sentía muy adoloridos e hinchados por tanto llanto.

Sacudió la cabeza y se puso de pie para ir a su habitación y prepararse para el trabajo. Podría haber dormido poco pero jamás abandonar sus responsabilidades.
Fue directo a su guarda ropa y escogió algunas prendas muy casuales ya que por ser sábado solo trabajaría medio día, además de ser un día informal en el cual buscaban que estuvieran más cómodos.

Abrió el grifo de la bañera esperó a que el agua estuviera a la temperatura que a ella le agradaba. Necesitaba relajarse un momento, un no podía digerir aquella escena. Todas esas palabras bonitas antes, el apoyo, las misiones, los elogios y las comidas. Eres solo una máscara de falsas intenciones, la persona más reticente por temor al fracaso.

Que teatro mejor montado durante el acto llamado amistad, con los versos recitados de tal manera que hacía derramar lágrimas, la cuál dicho final sería dolor y algo más.

Terminó así de quitarse la ropa, lentamente introdujo sus cuerpo en la bañera para después recostarse cómodamente. Quizás, dejaría de pensar, ojalá doliera menos de lo que podía soportar, ella no tenía la culpa de su vida tan mediocre y que Brisa solo imitara sus pasos.

Revisó su teléfono, para no encontrar nada, no había más que solo la notificación de la batería baja.
No estaba molesta, ni un poco, le preocupaba su amiga, se es que aún podía considerarla de esa manera, ella estaba ebria y en un lugar no muy conocido, rodeada de tantas personas. Ella solo quería el reconocimiento que Maf tenía, era cuestión de esfuerzo, solo eso.

Respiró profundamente levantando su teléfono para reproducir una canción.

Que soy ahora Que soy ahora
¿Qué pasa si soy alguien que no quiero cerca?
Me estoy cayendo de nuevo, me estoy cayendo de nuevo, me estoy cayendo
¿Qué pasa si estoy deprimido? ¿Qué pasa si estoy fuera?
¿Qué pasa si soy alguien de quien no hablarás?. YO.

Salió de la ducha antes de llorar de nuevo por la lista de reproducción. Miró sus dedos algo arrugados por la permanencia en el agua, aunque no debía perder más tiempo. Llamó a una agencia de taxis para solicitar uno, con suerte estaría al pie del edificio para cuándo estuviera lista.

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El trayecto fue algo agradable, una mañana fresca y con un cielo medio nublado que daba una preciosa vista. El viento que lograba entrar por la ventana se sentía tan frío al pegar en su húmedo húmedo cabello.
Logró llegar a tiempo, un poco de nervios y miedo la acompañó por todas las escaleras.
Al estar frente a su escritorio se despojó de su chaqueta de mezclilla para comenzar a revisar las denuncias, próximas misiones y algunos documentos pendientes de la semana entre otros archivos.
Colocó aquella prenda en su silla fue inevitable ver el lugar de alado. ¿Cómo serían las cosas desde ahora?¿Habrá olvidado todo?¿Realmente la perdonaría por haberla golpeado tan bruscamente?.

Pidió un taza de café para intentar despabilar aquel sueño que aún le quedaba y comenzó a trabajar, entre vives de veteranos y olor a rosquillas con exceso de azúcar sumergidas en esa bebida caliente, bueno, era mejor que el olor de la clínica forense.

Pasando archivos, cambiando fechas, citando investigadores, entre más tareas que la tenían entretenida, le habían quitado pensar en su compañera, la cual, no había llegado. No era la persona más puntual de aquel edificio, pero dos horas...
Era demasiado retraso para ella, probablemente tenía una cruda muy dura, aunque, agregando que ausentarse por una resaca era imperdonable en aquella oficina, probablemente la castigarían muy severamente.

Sacó el teléfono de la bolsa y llamó a Brisa esperando al menos un " vete al diablo " de ella, solo quería asegurarse que estuviera bien.
Se sirvió una taza más de café y continúo con su trabajo, parecía interminable. Estuvo pensando toda la mañana en ir a buscarla, necesitaba arreglar las cosas, hablar no se podían permitir acabar así, ese mal entendido no debía quedar así.

Al terminar la jornada iría a su departamento a buscarla.

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