Parte 4

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PREVIAMENTE:

-Te lo preguntare solo una vez más...  ¿quien los contrató? 

-Se llama Edward Miles, y es dueño de una corporación de seguridad en Norteamérica. Se que tiene un par de empresas fantasmas...  es todo lo que sé, por favor ten piedad- decía el hombre, mientras suplicaba por su vida. 

-¿Piedad? ¿Como la que tuviste con mi esposa y mi hijo? - respondió Dmitri. - Rechazo tu oferta- concluyó Mikhailov tirando del gatillo y matando al hombre. 

-He escuchado al Director hablar con el representante gubernamental, y este último pidió que se reserve todo el siliframio para el Gobierno. 

-¿Y esto exactamente cómo nos beneficia? -preguntó confundido Mikhailov. 

- He puesto un micrófono en el traje del Secretario del Gobierno y he oído varias reuniones esta semana. En una de ellas hablaron del siliframio y dijieron que lo moverían en un gran barco que saldría de Port Royal City hacía una isla en el Pacífico...  una base secreta. 

-Y supongo que sabes la ubicación de esta base, ¿correcto? - supuso Mikhailov, con una leve sonrisa en el rostro. 

-La Operación Renacimiento comenzará muy pronto y Estados Unidos arderá; Atomic Corp arderá y el bastardo de Edward Miles se quemará con su propia mercancía. Y si no muere, vivirá para ver el infierno en la Tierra. 



MICHELLE WILSON PARTE 4:

Estaba dirigiéndome hacia el laboratorio de Jones y Goldman para ver si había alguna forma de rastrear el siliframio robado y para identificar al culpable del robo cuando me crucé con Adam en un pasillo. 

-Voy hacia el laboratorio, ¿me acompañas? - pregunté. 

-Seguro- respondió Adam, mostrándose preocupado por la situación. - He oído que lo que robaron es muy peligroso. 

-Si, lo es, y en las manos equivocadas resulta más peligroso- le dije, mientras seguíamos caminando. Por esos instantes imaginé todos los posibles usos: una bomba nuclear, armas potenciadas, armadura con armamento recargado.

-¿Que piensas? - indagó Adam, viendo que había un repentino silencio. 

-Pienso en el hombre que lanzó el aparato que me hizo caer. A pesar de toda la fuerza que pueda tener, mis oídos siguen siendo tan delicados como los de cualquier persona- respondí. 

- Pero él no sabe sobre tus poderes, y eso es una ventaja para nosotros- dijo Adam, animandome. 

-Tienes razón...  pero ahora debemos hallarlo antes de que sea demasiado tarde- respondí, antes de entrar al laboratorio. Allí estaban Jones y Goldman: Jones revisaba las cámaras de seguridad y los satélites, para tener idea de quiénes eran los asaltantes y adónde se fueron. Por otro lado, Goldman analizaba unas muestras de siliframio para analizar la naturaleza del elemento y ver una forma de encontrarlo. 

-Doctora Goldman...  ¿ha encontrado una forma de detectar el siliframio? - preguntó Adam, mientras entrabamos al laboratorio. 

-La emisión de radiación es muy poca, por lo que es poco probable que lo hallemos- explicó. - Sin embargo, dada su alta volatilidad y su inestabilidad puedo decir que se debe colocar a muy bajas temperaturas para evitar que explote. Sugiero que debemos buscar los puntos más fríos del planeta. 

-Bien...  tenemos la Antártida, Alaska, Groenlandia, todo el norte de Rusia y Escandinavia- respondí, algo desesperanzada. 

-Miren esto- dijo Jones, señalando su pantalla-. Según un satélite de clima pude detectar ciertos cambios rápidos de temperatura. En el Mar de Chukotka se registró un descenso de temperatura de 20°C en menos de una hora. En este momento registra una temperatura de -40°C.

Michelle Wilson: Venganza Ártica + Michelle Wilson: La SerieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora