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El rubio quedó pasmado al oír a YoonGi decir aquello. ¿Hermano gemelo? ¿Fallecido?

JiMin nunca se había considerado el hombre más empático o con más tacto del mundo, pero si sabía lo que era perder a alguien especial. Y al imaginarse en la situación del mayor donde perdía a Taehyung o Jin hyung, la única familia que tenía, hacía que su pequeño corazón se apretara en su pecho.

Así que decidió hablar con la voz más suave que podía emplear en este tipo de situaciones.— La...— carraspeó— Lamento mucho su pérdida.

El azabache sonrió suave y agitó una mano restándole importancia.

—Está bien, pasó hace varios años.— Pero a pesar de que se mostraba totalmente indiferente y un rostro neutro, JiMin pudo ver detrás de esa coraza dura que lo rodeaba. Y supo que el mayor tenía una herida que aún no sanaba. YoonGi desvío la mirada cuando notó la pequeña sonrisa conciliadora en ese rostro de ángel.— Yo...— ¿En qué momento se había vuelto tan torpe?— Me gustaría contarte toda la historia, pero es un poco extensa y ya será hora de que regrese al trabajo.

—Oh...— El rubio mordió su labio inferior para ocultar la mueca de decepción que quiso salir.— Será en otra ocasión, entonces.

JiMin se levantó de su asiento para despedirlo y hubo una breve batalla de reverencias que hicieron sonrojar a ambos. Donde JiMin se inclinaba y YoonGi le respondía con una inclinación igual, hasta que fue el pelinegro quien inició la retirada.

Cuando el Alfa llegó a la puerta y sujetó la manija, su Tigre rasguño su pecho haciéndolo vacilar.

Ésta es tu oportunidad, aprovéchala.

Dejó caer la mano que sujetaba la puerta y se volvió para mirar al menor. Y no se arrepentía. JiMin se encontraba aún de pie detrás de su escritorio luciendo completamente adorable y... apetecible.

El menor lo observaba con esos grandes ojos brillantes y curiosos que te hacían perderte en ellos, con esos labios rosados, húmedos, esponjosos y sensuales que te invitan a pecar de la manera más exquisita que podrías imaginar. Y ni hablar de su hermoso cabello rubio, el cual lo hacía lucir una extraña combinación entre adorable y sexy.

Estamos jodidos.

Y su Tigre no pudo estar más de acuerdo con su parte racional.

—¿Qué tal si... ésta noche nos reunimos?—YoonGi no podía creer ser capaz enfrentarse a una junta directiva llena de tiburones de los negocios y las acciones comerciales, pero a la hora de intentar invitar a su casa a un Omega sumamente atractivo e interesante, le flaqueara la voz y le temblaran un poco las piernas. No se sentía así desde los trece años.— A Jungkook le gusta la carne con vegetales, y podríamos aprovechar para aclarar todas las dudas que tengas. Sólo si puedes, claro.

Un fuerte sonrojo invadió las mejillas del menor y apretó sus manitas en puños para evitar llevarlas a su cara e intentar aplacar un poco el calor de su rostro. JiMin era un curioso por naturaleza, y a pesar de que en el pasado se haya logrado meter en muchos problemas por ello, se dijo a sí mismo que aceptaría sólo por motivos netamente investigativos y nada más.

Ignorando olímpicamente el revoloteo de su Omega en su interior, se dignó a responder.

—Claro, no tengo nada que hacer esta noche.— El Conejito se felicitó mentalmente al haber hablado con voz firme y monótona. Pero estaba mintiendo, tenía un montón de trabajo atrasado por los días que estuvo ausente debido a su celo imprevisto, mañana tendría que doblar su jornada.

Y con una sonrisa amplia que mostraba unas adorables encías rosadas, el Alfa se despidió del menor prometiendo pasarle su dirección más tarde.

Conquering The Omega - YoonMin {OMEGAVERSE}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora