YoonGi no podía creer que, ese hombre con el que debía hacer negocios, fuera su omega. Así como jamás pensó tener que rogar por la atención de alguien...y menos a un omega que parecía inmune a sus atributos. ¿Era feo? Claro que no. Pero Park JiMin t...
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A Park JiMin le gusta el silencio. Es realmente tranquilizante trabajar y convivir en un ambiente calmado y silencioso, es por eso que no se había mudado de ese simple complejo de apartamentos. Después de vivir casi toda su infancia en Rusia y pasar por acontecimientos realmente malos para su vida, llegar a ese apartamento acogedor fue lo mejor que pudo haberle pasado; y es que no podía irse, amaba su pequeño nido, era parte de él. Lo había visto sufrir de ataques de ansiedad y superar su estrés postraumático junto a Taehyung. Así que cuando tomó la decisión de dejar entrar aquel Alfa tuvo que luchar contra todos sus instintos de mostrarle los dientitos y echarlo.
Y cómo se arrepentía.
Min YoonGi no había dejado de intentar iniciar un cortejo mediante obsequios caros. Ya tenía su refrigerador lleno de dulces a base de zanahorias a pesar de contrariarlo y decir que no le gustan, su escritorio en el trabajo era decorado todos los días con un ramo de flores nuevas y una tarjeta en dedicatoria así como una que otra joya ostentosa.
Y el Omega no había respondido a ninguno de sus intentos.
Las flores de hoy eran un conjunto de Dalias color rosa envueltas pulcramente en papel de seda blanco.
Eran muy bonitas y frescas, pero Taehyung tenía que abrir la boca.
—Sabes cuál es el significado de estas flores, ¿no?— preguntó, dejando con cuidado el ramo sobre el escritorio de su amigo y jefe.
—¿Tengo qué?— Dijo el Omega, encendiendo su ordenador y preparándose para una jornada de trabajo duro.—Son sólo flores, Tae.
El Alfa se echó a reír.- No son sólo flores, JiMin. Éstas en particular se entregan en símbolo de promesa. Ese Min sí que no piensa rendirse, ¿he?
JiMin suspiró.
Él había pensado que poniendo un centenar de reglas y distancia entre el Tigre y su vida podría mantener una relación amena y estrictamente profesional. Además había intentado intimidarlo y sobre todo, hacerle saber que no necesitaba ningún Alfa, él podía solito.
Pero no contaba con la tensión sexual y atracción que a pesar de no querer admitirlo en voz alta, sabía que existía entre ambos. Y todo se debía al constante estado de celo de ambos, Alfa y Omega. La doctora le había dicho que era una reacción natural de su animal interno el querer estar íntimamente con el que se considera su pareja y era un deseo que no se podría ignorar o curar con medicamentos, sólo el consumar su relación podría calmar la constante excitación que había en su cuerpo. Y es una mierda.
Por Dios, JiMin es un Omega de Conejo, él siempre tiene ganitas, y el que ese Alfa sólo haya agravado su situación lo tenía de mal humor. Por eso se negaba a responder sus mensajes o cumplidos, él se limitaría a seguir con sus citas para no morir y punto. El tigre tenía que cansarse y entender su negativa silenciosa tarde o temprano.
