El Alfa estaba arreglando su cabello cuando el timbre de la casa anunció la llegada de su invitado.
Grrr.
Su tigre se revolvió y rasguño su vientre. Estaba inquieto y jodidamente nervioso, pero debía controlarse, no era una cita o algo similar.
Rascando su pecho en un intento de controlarse, fue abrir la puerta, no sin antes verificar que Jungkook estuviera sentado en la sala de televisión con Holly en sus piernas.
Troto un poco hasta la entrada y con una respiración profunda, abrió la puerta.
JiMin estaba ahí de pie. Luciendo como un ángel inmaculado con esa camisa azul celeste que cubría sus pequeñas manitas, unos jeans un poco ajustados que resaltan sus curvas y su esponjoso cabello dorado que cae en libres rizos sobre su frente.
—Hola.
YoonGi se aclaró un poco la garganta.— Hola, adelante.
JiMin entró, dejando una estela de su olor dulce a su paso, haciendo que la bestia en su interior se apaciguara y volviera dócil. YoonGi no quiso pensar en lo que podía significar aquello.
Una vez cerró la puerta, se encontró con JiMin en el recibidor observando los cuadros y las pequeñas fotografías de un Jungkook a sus seis meses de edad.
—Eh... preparé una pequeña cena a bases de verduras, no sabía que más hacer, así que espero que te guste la lasaña. No soy muy bueno con la comida vegetariana— Dijo, pasando una mano en su cuello en un gesto nervioso. El Alfa esperaba no haber espantado a JiMin con su atropello verbal.
El Omega se sonrojó un poco, sintiéndose incapaz de disimular lo alagado que estaba con aquel gesto.
Su mejor amigo le había dicho que no fuera tan rudo con el hombre frente a él esa noche, que todos debían tener el beneficio de la duda, así que en un acto de buena fe JiMin le dedicó una de sus sonrisas dulces, de esas que sólo dejaba ver cuando estaba con Taehyung o su hermano Jin.
Todo esto sin saber que el corazón del Alfa comenzó a correr rápido en su pecho. JiMin tenía la sonrisa más pura y tierna que él haya visto en toda su existencia, aparte de su Jungkookie, una sonrisa que hacía que las comisuras de sus ojos se estrecharan y sus naricita de botón resaltara con tan peculiar gesto.
Un acto que te robaba el aliento y te dejaba el corazón pendiendo de un hilo.
—Está bien para mí... YoonGi.- musitó suavemente.— Espero que no te moleste que dejemos las formalidades, al menos por esta noche.
YoonGi estaba estupefacto. ¿De verdad? No actuaba así desde la secundaria. Se sentía eufórico, como si estuviera saltando de la azotea de su edificio sin paracaídas con la certeza de su impacto en el pavimento, pero sin temor a las consecuencias del golpe.
Una maldita locura.
—Oh... Me parece bi...
—¡P-Papá! ¡Ho-Holly se lle-vó mi o-osito!— El pequeño Jungkook se acercó corriendo con sus cortas piernitas. Lleva puesto un overol azul y un suéter afelpado amarillo, sus rizos azabaches rebotaban con cada paso presuroso.
El cachorro se detuvo cuando se percató de la presencia del Omega. Sus mejillas se encendieron y reanudó su carrera hasta chocar con las piernas de JiMin y abrazarlas.
—S-Señor... Co-Conejo.— Saludó el pequeño.
YoonGi quedó en shock.
A Jungkook no le gustan los extraños, es un niño extremadamente tímido y el que corriera a abrazar a JiMin era algo completamente ilógico para él.
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Conquering The Omega - YoonMin {OMEGAVERSE}
FanficYoonGi no podía creer que, ese hombre con el que debía hacer negocios, fuera su omega. Así como jamás pensó tener que rogar por la atención de alguien...y menos a un omega que parecía inmune a sus atributos. ¿Era feo? Claro que no. Pero Park JiMin t...