Capítulo 4: Grito

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No estaba segura de si la regañarían por haberse teñido el cabello. De ser así, lo habrían hecho ya, ¿no?

Theresa se colocó el otro pendiente y se dio una mirada al espejo. Julian habia dicho que llegaría en cualquier momento y ella estaba lista, radiante, despampanante como siempre. Sonrió, tomó su clutch y se sentó en la cama justo cuando tocaron a su puerta. 

Julian se veía especialmente guapo cuando llevaba traje. Lo saludó con un discreto beso en los labios y tomó su abrigo del perchero antes de cerrar la puerta con llave. Esta era su primera ceremonia de bienvenida juntos y eso le causaba una dulce emoción que opacaba la tristeza de saber que era la última también. Se graduarían juntos en un año y aunque estaba segura de que la elección de carrera los separaria, estaba segura también de que su relación podría resistir un poco de distancia.

La verdad es que caminando del brazo de Julian, todo eso parecía no importar. 

En las escaleras se toparon a Pierce, el asistente del director, que los saludó con una sonrisa y una inclinación de cabeza. 

--Me pregunto qué hace acá --le comentó Julian, disimulando la mirada de reojo que le echó mientras Pierce se alejaba subiendo las escaleras.

--¿A qué te refieres? 

--Pues, se la pasa pegado al director, creo que en eventos debería estar hasta el tope, ¿no te parece?

--Tal vez el director le dio un descanso, o vino a hacer un encargo. Además, de la bienvenida se encargan más bien los del comité.

Julian asintió, sosteniendo la puerta del edificio para darle paso a Theresa. El aire fresco le bañó los brazos desnudos, erizandole la piel. 

Caminaron juntos, detrás de otros compañeros que se dirigían también al salón del edificio principal. El cielo se había nublado desde las siete de la tarde, y ella solo esperaba que no lloviera para cuando acabara la ceremonia y pudiera regresar sin mayor problema a su edificio.

A pesar de que en Berlin habia cientos de edificios como el Principal y el antiguo Centro de Recreación, ella seguía asombrandose de ver la majestuosidad del internado en todas las epocas del año. Esta noche, habian adornado la fachada lateral con los largos estandartes de color marron y marco dorado.

Julian ya habia sacado su celular para tomarle una foto y después una a ellos, aunque se rindió cuando vio que la iluminación no les ayudaba para nada. 

En la entrada lateral había dos hombres del servicio que les saludaron con una reverencia y tomaron los abrigos de ambos. Julian, con un atento gesto, ayudó a Theresa con el suyo. Ella le sonrió en agradecimiento, y le dio un beso en la mejilla.

Theresa se giró al escuchar un gritito de emoción, que provenía de nada menos que Lu. Alzó ambos pulgares sin dejar de sonreír y esperó a que se acercaran para saludarlos.

--No puedo creer lo bonitos que se ven juntos.

--Vaya, mil gracias Lucille --le contestó Theresa con modestia, aunque por dentro no cabía de la emoción de que la vieran por fin junto a Julian.

--Por cierto --añadió Lu con no menos entusiasmo--, felicidades por el concurso, Jules, ¿te nombrarán en la ceremonia?

--Por mi bien espero que no, qué pena --contestó Julian lo más amable que pudo, sin denotar el pavor que Theresa sabía que le tenía a hablar en público. 

--Venga, ¡pero si te lo mereces! 

--Eso y más --bromeó Julian--. Pero de verdad, mejor no pasar al frente.

In The Room Where You SleepDonde viven las historias. Descúbrelo ahora