Kim NamJoon, rey de Joseon, siempre ha sentido admiración y mucho cariño por su hermano menor YoonGi pero cuando se trata del trono y el poder que este le confiere, no está dispuesto a cederlo.
Ante la incertidumbre de perderlo a manos de este, dec...
Llevaba un mes en ese lugar y aún recordaba claramente el contenido de la carta que llegó a sus manos el mismo día que regresó de la visita a casa de sus padres. Después de que YoonGi se convirtiera en rey, su padre había decidido retirarse, era una persona mayor y solía enfermarse más seguido por lo que jimin no pudo evitar preocuparse ni bien se enteró de su condición. Se sintió aliviado al confirmar que solo había contraído un leve resfriado y, con una gran tranquilidad en su corazón, regresó al palacio. Lamentablemente esta desapareció en el momento en que uno de sus sirvientes le entregó aquel escrito.
"El Rey Padre ha sido envenenado y le sugiero, por el bienestar de su familia, que declare que usted fue el causante de tal tragedia. Espero que no haga trampa, no querrá saber de lo que soy capaz".
Recuerda haber releído la carta miles de veces más; sin embargo, no logró identificar la identidad del remitente. Estaba seguro, hasta ese momento, de que no tenía enemigos en el palacio pero no pudo seguir afirmándolo. YoonGi muchas veces le contó cómo los funcionarios, a lo largo de la historia, traicionaban al rey para aumentar su poder y, sabiendo su posición en el reino, temió que las palabras escritas en el papel fueran ciertas. No podía arriesgarse a perder a sus padres o que YoonGi salga lastimado por lo que silenciosamente tomó una decisión con la ilusión de hacer lo correcto y proteger a sus seres queridos.
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YoonGi se encontraba desesperado, la vida de su esposo podía llegar a su fin al día siguiente y hasta el momento no tenía nada concreto con respecto al verdadero culpable. ya casi era la hora en la que acostumbraba a visitar a su esposo por lo que, un poco distraído, comenzó a levantarse del cómodo trono para ir a su encuentro.
—¡Su majestad!—antes de siquiera dar un paso, escuchó la enérgica voz de JungKook—Las investigaciones del caso se han realizado, una botella con veneno fue encontrada en la oficina del Secretario Real. No pudimos interrogarlo ya que no se encontraba en el lugar al momento del descubrimiento. Aunque, si me lo pregunta, mi rey, lo considero tremendamente sospechoso ya que fue fácil de hallar—comentó una vez se encontró a lado de YoonGi.
—¿El Secretario Real?—confundido, el pelinegro regresó a su posición en el trono—¿Me estás diciendo que posiblemente él fue el causante de toda esta injusticia?
—No es seguro, mi rey pero comienzo a creer que sí está implicado. Después de todo, él fue el primero en plantear el encarcelamiento de JiMin ante el consejo de estado.
YoonGi observó al sirviente que se encontraba en una esquina de la habitación con la cabeza inclinada hacia abajo, a la expectativa de cualquier orden que él pueda realizar.
—Eunuco*—inmediatamente, el mencionado levantó la cabeza ante el llamado y contestó presurosamente mientras presentaba una leve reverencia hacia el monarca—informa al Secretario Real sobre el requerimiento de su presencia en este mismo instante en el salón del trono.
—Como ordene, su majestad.
—Si TaeHyung resulta ser el responsable de todo esto—expresó YoonGi regresando su mirada a su amigo, una de las personas que contaba con su entera confianza, antes de proseguir—deseará estar muerto—JungKook asintió ante la afirmación absolutamente de acuerdo. No estaba de más decir que le afectaba que alguien tan importante para él esté atravesando tal situación.
