13.

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Verónica se encontraba en el patio trasero, específicamente cerca de la piscina, con un vaso de agua a su lado, en la pequeña mesa, sus piernas en forma de indio mientras su cuerpo estaba recostado en la camilla de playa.

Sus manos todas negras, debido al carbón con el que dibujaba y encima de sus piernas el libro de bocetos que usaba para pasar el rato. Era aquel mes en el que cualquier momento Lucia podía dar a luz, debido a su embarazo ambas mujeres se mudaron a la primera planta para dormir, así facilitaban la subidas y bajadas de escaleras.

La morena no podía decir exactamente qué hora era pues estaba muy inmersa en su dibujo, pero por la iluminación que había podía aportar que no pasaban de las cuatro o cinco de la tarde.

Ahora, nunca se imagino que su esposa caminaría hacia ella con su mano en la espalda y dando leves respiraciones mientras veía hacia abajo. Verónica subió la vista estirando su mano mientras acariciaba su barriga y la otra tomaba agua.

Estoy de parto Fue todo lo que escucho y se atraganto con el liquido.

Solo pudo sentir cómo parte se quedaba atorado a mitad de su garganta y otra parte bajaba por sus fosas nasales. Haciendo que la morena tosiera mientras se levantaba del asiento alarmada mirando a los lados algo perdida.

¿Es broma? Lucy le dio una mirada de muerte¿Vas a parir?Lucia rodó sus ojos con una pequeña sonrisa.

Debía aceptar que le hacia bastante gracia lo nerviosa que estaba su esposa.

¡Que si!Exclamo dándole un pequeño zape en la frente Ve por las cosas y la llave, vamos al hospitalAquello fue como una cachetada de vuelta a la realidad para Verónica.

Verónica corrió a la habitación tomando el bolso que ambas habían arreglado para aquel momento, mientras Lucia caminaba a pequeños pasos a la puerta de la salida. La morena salió dispara de la habitación a la puerta de entrada donde se encontraban las llaves de los autos y volvió de nuevo a la habitación para ver si algo se le quedaba.

Y como si fuera lo más natural del mundo, Lucy solo pudo ver la sombra de su esposa pasarle por el lado y el golpe de la puerta ser cerrada. Escucho cómo encendió el auto y hasta arranco.

Para segundos después escuchar los neumáticos frenar nuevamente y ver cómo se aparta de nuevo.

Verónica salió corriendo del auto, tropezando en la entrada, murmurando un ''Estoy bien'' mientras se levantaba y caminaba hacia su esposa para después mirar apenada a Lucia.

Lo siento, cariño. Me olvide de ti Una sonrisa apenada se formo en su rostro Son los nervios Lucia rio negando y luego hizo una pequeña mueca de dolor.

Eres idiota Murmuro.

Y muchas horas después, luego de insultos, amenazas de divorcios y gritos de dolor.

Había nacido de Lhena, de 8lb (3.6kg).

Y desde el momento en que aquella preciosa niña, sonrió y abrió sus enormes ojos por completo, un tiempo después, Verónica supo que seria una tormenta, pero también parte de lo mejor que le ha pasado.

Verónica sacudió su cabeza saliendo de aquel recuerdo al escuchar un pequeño golpe y luego ver cómo su hija sacudía la cabeza para seguir corriendo fue cuando pensó.

K.O (II)| CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora