15.

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Camila, frunció el ceño aún con la sonrisa en la cara al ver como Veronica reía, pero su esposa estaba más pálida de lo normal. Pero entendió todo al ver como la mejor amiga de su boxeadora favorita, turnaba su mirada entre ella y la chica, que se supone, trabaja para su compañía.

Camila no pudo evitar reír mientras negaba, y acariciaba la cara de Lauren para dejarle un suave beso.

He salido temprano de todo, así que, cierto que los chicos están aquí desde hace par de meses, pero quiero llevarte a comer. Ve a cambiarte — Le dejo saber el motivo de su visita.

Ya que eran pocas las veces que la morena pisaba aquel gimnasio.

La cubana había tenido una semana, extremadamente ajetreada, pero aquel día, le hacia falta salir con la pelinegra, y sin importarle movió todos sus compromisos para los días siguientes y así poder dedicarse toda la tarde y noche, sin mencionar que había pedido de favor, a Dinah, que cuidara a los niños hasta el día siguiente, y los pasaría a buscar en la tarde.

Aquello si fue una aventura, ya que su amiga había llegado hace poco, y solo quería descansar, pero, como era de esperarse, era consciente por igual, que, por suerte, los hijos de la cubana no eran para nada molestos. Aun así, aquello no la evito de darse a desear un poco.

Lauren parpadeo rápidamente al escucharla y entrar en un pequeño shock, debido a que la supermodelo, al estar tan ocupada aquellas semanas, la veía poco y se hablaban poco, esto pasaba a que cuando llegaba a casa, encontraba a su esposa durmiendo del cansancio y solo podía sonreír y terminar de arroparla debidamente, para ella acostar a los niños.

Segundos después reacciono asintiendo y caminando a las duchas para darse un baño rápido. Lauren torció su boca en desagrado al ver ropa que llevaba, debía aceptar que no era para nada de andar en cita, que era bastante informal, pero no imaginaba que la castaña entraría por aquellas puertas para llevarla a una cita a medio día. Encogiendo sus hombros no le quedaba más que arreglarse con aquello.

Aquel día, para su suerte, Lauren había ido en el carro de Veronica, así que, simplemente se despidió de su amiga, su entrenador y Marcko, para luego caminar al lado de su esposa hacia la salida.

Raro le pareció que la castaña había reaccionado tan bien con la chica de aquella vez, pero nuevamente, no le dio mucha cabeza al asunto.

En el camino fueron hablando de cosas banales, mientras Lauren veía con suma atención, y también le escuchaba, a la mujer a su lado que manejaba. Camila le hablaba de como había ido aquellas semanas y que de verdad esperaba que las próximas fueran más suaves, de lo que había hecho y de las cosas que movió.

La cubana se detuvo en un restaurante de comida japonesa, dieron las gracias al valet y caminaron a la entrada. La espera no fue larga, siendo acomodadas en la parte de atrás y más privada del lugar, también la más hermosa.

Debido al montón de arboles y plantas que le rodeaban a las personas. Aquel día, para suerte de ambas, esa área en específico del restaurante no se encontraba abarrotada de clientes, eran pocas las parejas, poquísimas las mesas que eran ocupadas por más de dos personas.

Camila pidió explícitamente que fuera acomodada en aquella área en una esquina con bastante privacidad.

El camarero llego con una gran sonrisa y con los menús en mano, Camila inmediatamente devolvió el menú de bebidas pidiendo un vino rosado y agua con gas para ambas, los ojos esmeraldas de su acompañante se encontraban atentos a los movimientos que hacia su boca con las peticiones hacia el chico que las atendería aquella tarde.

Lauren entrelazo sus dedos poniendo estos bajo su barbilla y mirando a la supermodelo con mucha atención, Camila, sonrió copiando su acción. No fue largo el tiempo antes de que ambas empezaran a reír en conjunto y abrir la boca para hablar siendo interrumpidas por el chico que había traído la bebida con las copas.

K.O (II)| CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora