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Meses antes

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Meses antes.

El alba se ha despedido para hacer del amanecer un anuncio oficial. Los rayos solares acaparan toda la luminosidad de la habitación, filtrándose por la ventana con empeño.

Ambos estamos adormilados, haciéndonos cariños a través de un cálido abrazo antes de levantarnos.

Nuestra mañana es un hecho; todo nos sabe bien, todo nos causa risa, todo brilla. El mundo es maravilloso porque estamos juntos.

¿Para qué pedir más?

—¡Amorcito! juguemos algo. —Se levanta de mi pecho emocionada, proponiéndome su idea.

—¿Qué cosa, mi vida?

—Son unas preguntas. —Esa carita de malicia ya la conozco.

—Cielo, sabes que no soy muy bueno para responder.

—Ya sé, pero esta vez será fácil...

—Está bien. Siempre y cuando no sean de tu muerte, mundos paralelos u otras mujeres —aclaro.

—¿Qué? Pero, eso es lo divertido. —Se muestra aturdida.

—Mm te divierte confundirme, niña malcriada.

Ella se burla, es una desvergonzada.

—Ay, vamos. No es tan difícil. —Me arrastra hacia la perdición de mis neuronas.

—Lo siento, lo siento; mejor voy a la cocina. —Sonrío y me levanto en un intento de escapar de la encrucijada, pero ella me persigue de rodillas en la cama hasta alcanzar la pretina de mi pantalón, amenazando con hacerme el calzón chino.

Me estallo de la risa y la maldadosa procede a comenzar la dinámica:

—De acuerdo, de acuerdo. Primera pregunta. —Sé que también se está riendo. No sé cómo pretende que le responda con tanta presión en mis genitales—: ¿qué harías si pierdo la memoria y no te recuerdo?

Una sonrisa tira de mis labios. Esa sí está sencilla.

—Te volvería a conquistar, muñequita.

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Amor Sublime © |Libro I| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora