Nunca reniego. Ni cuando callo, ni cuando olvido. No reniego cuando llamo. O desparramo los comentarios cual cretino. Y me digo "Nestor por Dios..." O cuando con dolor alejo. No me importa sentir tu calor en mi espalda. Son las manos que han sabido curar mi tensión. Ya tengo tu espejo, tu pelo, tu voz. Tu sombra, tus miedos mortales. Tu los míos. Los que puedes ver. Sombra.
Por eso no reniego. Necesito a veces crecer. Salir de mis cigarros y humo. Porque de las salidas y conquistas ya no queda nada. Entender que no soy enemigo. Pero tengo que aprender a ser mi amigo mas allá de mi apellido. Mas allá de las tardes en WhatsApp. O el verde en los labios.
O las caras cubiertas de besos y alcohol.
Mas allá de nuestros triunfos ante la dialéctica .
No reniego no. Soy inamovible.
Aunque no sonría ya tanto.
Aunque busque libertad en mi propio cuarto.
Aunque estas manos duelan.
Aunque no hayas pedido esto.
Y nunca lo leas.
Gotas de agua que abrazan. Papel arrugado y café que me incorpora.
No necesito normas.
El jueves otra Guardia, de mano con el itinerario y el titulo al final.
Otro paso para seguir siendo Doctor aunque ya no sea como quise.
Se aleja la soledad de no estar solo.
La distancia es solo otra invención.
Nunca salí de las Lunas. A veces creo.
Nunca escape del Lux y las bailarinas.
Y las sonrisas. Y los cuerpos con cola que me ya no me divierten.
Estaré ahí. Aunque algo de mi siga andando con la clasificación de la sociedad. Voz quebrada ahora calla, tu no culpes los errores. Ni las dudas.
En mil pedazos sabremos buscar las formas.
Sin conceptos. Sin delimitarse.
Estarán aquí los violines. La nostalgia. Cuando vuelva el viernes bien temprano.
Estará aquí aun el cenicero y el olor a asfalto que entra por el balcón.
Y los viajes a cualquier parte en cuarentena.
Y mi rutina de escribir cuando nadie mira.
La forma de fumar mirando el hielo del mojito. La recuerdo, es diferente. Que nostalgia.
Beret. Sabina. Moralejas y promesas.
Cenizas. Todas. Adiós toma ven y entra.
Seguiré. Mis manos son manos cuando cuidan los sueños que se hicieron realidad.
Por eso. No reniego.
No demoro.
Espejo suspirando.
Y Luego yo.
Soledad.