"Ecos en mi"

183 33 12
                                    

Se deshacen los besos cuando atardece, eso leí en una piel mordida de sol. El invierno susurra que es tiempo de recuerdos que me abrazan, me tuercen, los dedos se encajan en disculpas que arden como labios a la espera. Yo me alzo en la noche de las noches con un cielo claro, y un viento frío . Oculto en mi bufanda de estrellas vigilo al universo desde un pequeño rincón.

Se escucha ya la música, las notas de aquella canción que le susurra el mundo, y le aprieta el pecho los pasos de un salón vacío cubierto de polvo.

La danza del diablo solo la bailan los que lloran de silencios. Los que no saben que ven, los que no saben que tocan. El que analiza y conscientemente suicida su historia marca los tiempos del los corredores donde el polvo sufre de glorias y futuros que nunca fueron nada.

Con sus dedos roza el aire, sostiene un cuerpo en su mente y su cuerpo comienza a moverse en círculos lentos, una mano alzada, otra en la cintura del viento. Y una lágrima helada que no se atreve a dejarse correr por la mejilla herida.

La tristeza de los que viven de poder es no poder compartir su tristeza. El pecado de vivir solo lo paga el que vive, el que ve, el que danza con muertos antes de dormir. Un paso adelante, otro hacia atrás. El que no sabe como dejarse morir ante un mundo que lo escupe. Aquel que ve destellos y las sombras se vuelven su única compañía. Aquel que lo sacrifico todo. Todo. Para luchar.

Y el mundo se ríe de amargura, ante el intento eterno de rescatarse de si mismo, pero nadie quiere salvarse.

Acumulamos heridas como forma para vivir y nos llenamos de vida pensando en como morir.

Como quebrar la lanza que desangra el vino y mas nunca se vuelve agua, en un mundo alcoholizado de tanta euforia por la sed.

Otra vez me mutilo, y abro mis hojas que de tanto sangrar se me han quedado rojas.

Es mi veneno, este infierno interno de mirar de lejos y sentirlo todo cerca.

Es mi condena. Ser libre en una Cárcel de humanos inconsistentes que llaman vivir a su pedacito de celda. Mis cadenas son ellos, todos.

Y poco a poco me arrodillan.

"Lo que nunca dije."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora