La sombra danza y lo envuelve en cadenas de viento con palabras. Hacia donde va el mundo cuando todos duermen. Dos pasos y la arena cubre los pies, también es agua, no, es roja, es sangre. Y el tiempo pasa. Y se hace frio.
El grita, no lo oyen, entonces desaparece el azul de los colores, todos se llenan en el, y se vuelve espirtu en nubes que tocan la tierra y se vuelven polvo.
El sol no nace de espaldas y aquella melodia toca los huesos de acero. El joven se quiebra en dos aguantando las espinas que laten en cuerpos sin boca y sin ojos.
Donde va el mundo cuando se le hace estrecho el aire y sus pulmones se ahogan de aire. Cuando es el viento el que aconseja el suicidio y los saltos de castillos voladores.
Los amantes distraidos de la luna echa tormento en cuatro piezas que se esparcen y un gatico negro mira como se acerca el fin.
Como ser humano en dos mitades que se odian.
Como existir en planos que se superponen con campanas de la histeria, la locura, la euforia.
Aplausos a los tonos grises que hacen llorar el alma.
Ellos miran y tocan como manticoras las sabias escrituras, las devoran. El lo hacía, masticando monstruos, luego entendio que era el quien estaba siendo devorado.
A donde va el mundo mientras lo devoran. Donde huye la noche cuando gritan las estrellas. Cuando se quiebran los golpes de sueños y las carrozas solo brindan el placer de dividirse y respirar.
Solos... ella. Solos... el. Y la sangre cubre las lágrimas y ya no se escuchan los rostros en las paredes. No hacen ruido las copas ni las hojas al caer.
La tristeza es la que besa en las heridas al cadaver que se siente vivo y lo arrastra para mostrarlo al mundo. Exigido en la derrota por torpezas de recuerdos con sal en las entrañas.
A donde va el mundo cuando todos callan.
Quizás la sangre ya los derroto a todos.
Quizás se debería dejar hundir y respirar sus pulmones con plomo.
Y caer lejos.
En un lugar con cosas vivas...
