Harry se lanzó encima de Louis, besando cada centímetro de su cara, riendo como un niño pequeño con un juguete nuevo. Se apartó cuando Louis comenzó a removerse, abriendo sus ojos. Ambos chicos se quedaron mirándose el uno al otro, embobados.
Para Harry, Louis era lo más bonito del mundo. Era la persona que lo había salvado, que le había dado una segunda oportunidad. Había sido su mejor amigo, su hermano y, más tarde, su novio. El rizado estaba dispuesto a perder la vida si era necesario con tal de que Louis fuese feliz, porque él era todo.
Para Louis, Harry también le había salvado la vida, a su manera. Él lo tenía todo. No era rico, ni tenía una gran mansión, ni un gran coche, pero tenía una familia que lo quería, tenía amigos, tenía un futuro. Todo eso se derrumbó con la muerte de su padre. Él pensó que nunca volvería a ser feliz, pero entonces llegó Harry, y le dio la felicidad de nuevo, le dio lo que él siempre había querido: alguien que lo quisiera sin condiciones, que despertase a su lado cada mañana y nunca se cansase de sus besos, que nunca lo abandonara. Louis siempre se había culpado a sí mismo por la muerte de su padre, pero también lo culpaba a él por dejarlo solo siento tan solo un niño. Y gracias a Harry, el ojiazul estaba aprendiendo a perdonar. A perdonarse a sí mismo.
Azul y verde chocaron y ambos chicos se besaron, sin más, sin tener que pensarlo, como si fuesen un jodido imán y cada uno de ellos tuviese una de las dos partes necesarias para juntarse, partes opuestas, pero que se complementaba a la perfección.
—Vamos al club bebé, hemos quedado allí con los chicos antes de ir al karaoke.
Habían vuelto hacía dos días de la casa de la playa, donde pasaron una semana increíble, y ahora a Louis le tocaba cumplir con su promesa de ir al karaoke, aún sin entender el por qué del repentino interés de Harry, pero eso daba igual, porque él haría todo para complacer a su novio.
Mientras tanto, en otro lugar de la ciudad, Liam se curaba las heridas del brazo, sin ganas de seguir viviendo pero aguantando día tras día.
Llamaron a la puerta y fue a abrir. Sus padres no estaban en casa, ellos nunca estaban, y eso ahora ya no importaba, pero sí importó cuando era un niño, porque cuando eres un niño no te gusta sentirte solo, y te convences a ti mismo de que no lo estás, de que la gente te quiere, y no están a tu lado porque realmente no pueden, pero a medida que creces te das cuenta de que tus fantasías eran solo eso, fantasías, y que realmente quien quiere estar, siempre saca un hueco para hacerlo.
Liam abrió la puerta y se encontró con la cabellera rubia del que se había convertido en uno de sus mejores amigos, en su apoyo, pero su cara decía que no venía a apoyarlo o a decirle algo que lo hiciera feliz.
—Ross —Murmuró Liam— ¿Qué te pasa?
—¿Puedo pasar?
—Claro…
Liam se hizo a un lado y ambos pasaron al salón, sentándose uno frente a otro.
—Liam, me voy.
—¿Qué?
—Me voy, ya se lo he dicho a los chicos con un mensaje, pero quería que tú lo supieras en persona. La empresa de mi padre ha abierto una sucursal en Nueva York y me ha pedido que me haga cargo de ella, y es una gran oportunidad que no puedo desaprovechar.
—¿Cu-cuándo te vas?
—En cuatro o cinco días…
—Te voy a… echar de menos, Ross.
—Liam, quiero que vengas conmigo.
—¿Qué? —Dijo Liam boquiabierto.
—Creo que es lo mejor, piénsalo, es decir, no estás bien, sigues sin estarlo, y creo que estar alejado de todo esto te sentará bien. Sí, supone irte lejos, dejar todo atrás, pero ¿acaso no es eso lo que necesitas? Yo puedo estar ahí para ti, como tu mejor amigo, como tu hermano, como lo que quieras, pero puedo cuidar de ti. No quiero irme y dejarte aquí, sin saber lo que puede estar pasando por tu cabeza, sin ser yo el que limpie tus heridas, el que te ayude a no hacerlas. Quiero ver la sonrisa que siempre tenías cuando te conocí, Li, y es difícil si estás aquí.
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StripX. [LarryStylinson] ❤
FanficTráiler: https://www.youtube.com/watch?v=U5JqS3mJPtQ&feature=youtu.be Un niño sin hogar que se cruza con una nueva oportunidad en un club de striptease. Un stripper que se convierte en su maestro, su amigo, y...