i n t r o d u c c i ó n

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Cuando se trata de una chica, tengo claro y asumido que carezco de chance alguna mientras esté al lado de Oikawa. Tampoco es que me importase mucho, no pensaba cambiar por obtener algo que no anhelo de momento.

Seguí creyendo que no necesitaba a nadie y que estaba bien por mi propia cuenta, hasta que conocí a alguien que me hizo sentir la diferencia, una persona que me hizo percatarme que no estaba tan feliz estando solo como pensaba.

~ ~ ~

Finamente entrábamos a nuestro tercer y último año en la preparatoria. Está vez tuve la suerte de no quedar en la misma clase que Oikawa. Mientras él quedó en la clase 6, yo fui asignado a la clase 5. Ninguno de los miembros del equipo quedó junto a otro, al menos una separación del deporte daba algo de paz y espacio. No me quejaba en absoluto, adoro el volleyball, pero uno necesita un descanso de vez en cuando, sea del tipo que sea...

Aún así, creo ser el único no reconocía a casi nadie del salón. Quizás haya coincidido con alguien de los presentes en el pasado, pero nunca me relacioné al punto de llegar más allá de un saludo.

Al menos la primera semana, mientras los clubes no daban aún inicio oficial, fue tranquilo. Tranquilo y promedio, de no ser por un hecho en específico el mismo primer día de clases. Cuando se deben llevar a cabo trabajos o proyectos de alguna asignatura en equipo, normalmente se forman a principio de año y no sé permiten cambios a futuro. Al no tener una clara noción de mis compañeros de clase, temí lo peor, dónde te asignan a alguien y eso puede llegar a ser un milagro o un desastre.

Tuve suerte los primeros dos años de coincidir con alguien del equipo a modo de tener horarios parecidos y fáciles de coordinar. Si este año tenemos metas altas, no quiero tener que acomplejarme por los tiempos de desarrollo ni entrega. No podía dejar de pensar en ello a pesar de que había tocado la campana para el primer receso.

—Disculpa...

Miré de reojo a mi lado derecho para encontrarme con la mano de alguien apoyándose en mi hombro. Cuando finalmente me volteé lo suficiente, pude percatarme se trataba de la chica que tenía asignado su pupitre junto al mío. No me había tomado el tiempo de analizar mis alrededores bien hasta ese entonces.

—¿Sí...? —logré preguntar en un tartamudeo saliendo de mi aturdimiento.
—¿De casualidad tienes compañero para los proyectos...? —cuestionó algo tímida—. Te veías algo acomplejado cuando el maestro lo mencionó...
—¿En serio? —pregunté sintiendo algo de impacto por haber dejado ver una expresión tan evidente, ella solo se limitó asentir—. Bueno, no, la verdad no tengo —afirmé aún algo sorprendido ante su iniciativa.
—Ya veo... —comentó algo reflexiva antes de sonreír suavemente—. Si no te molesta, ¿te gustaría ser conmigo? —agregó jugueteando con sus dedos evidentemente nerviosa.

Quedé algo en trace por su propuesta, no me habría esperado un golpe de suerte como este, entre que realmente me hacía falta un compañero y el hecho de que la persona frente a mí fuese una linda chica que inspiraba una agradable calma. Carraspeé levemente cubriendo mi boca con el puño para retomar la compostura ante aquel pensamiento impropio de mi parte.

—No me molesta en absoluto —admití agradado con su proposición—. Aunque admito puede sea algo complejo el tema de mis horarios... —comenté algo apenado.
—No te preocupes, debemos tomarlo con calma para tener una buena organización de tiempo —dijo alegre con sus manos en alto—. Admito me complican un poco las matemáticas, pero mi fuerte es el inglés y literatura —agregó en un tono de orgullo.
—Ya veo, creo eso me vendría de ayuda, mi caso es al revés —admití dejando salir una leve risa nerviosa—. Por cierto, soy Iwaizumi. Iwaizumi Hajime
—Ah, claro, no me presenté, realmente lo lamento —comentó algo acelerada antes de ofrecerme su mano—. Soy Sonozaki... Sonozaki _____...
—Al menos nunca he coincidido en clases contigo —comenté aceptando el estrechar la mano con ella que, vaya, es demasiado suave.
—La verdad entré a mediados de segundo año a esta preparatoria —admitió colocando una mano en su cuello delatando un gesto nervioso.
—¿A mediados...? —cuestioné algo sorprendido.
—Sé que no es usual, pero surgió una mudanza de imprevisto —respondió con una sonrisa algo nerviosa y noté el brillo de sus ojos se opacó.
—Ya veo... —dije en un tono bajo, no queriendo presionar a saber los detalles por la forma en que mirada delataba algo negativo respecto a ello, tal vez era un tema sensible.

"Can't Believe You Noticed Me" Iwaizumi, HajimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora