t r e c e

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Me siento débil, como si no hubiese dormido hace una semana, pero sabía que me encontraba despertando al percibir un sonido agudo y constante. Ruido que me lleva a cubrirme los oídos antes de empezar a parpadear para ver qué ocurre. Me incorporo lentamente y me encuentro que Iwaizumi se encuentra dándome la espalda, siendo que parecer buscar algo estirando su brazo y no tardo en darme cuenta se debía tratar de una alarma proveniente de un pequeño reloj que ahora cargaba en sus manos.

—Lo siento, te desperté —Fue lo primero que dijo al notar que me encontraba despierta—. ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?

No pude evitar acomplejarme, pero no en el mal sentido, ante su forma de empezar por querer saber mi estado actual por sobre levantarse.

—Sí... Gracias... —respondí en voz baja agachando la mirada.

Temblé ante la idea. Quería abrazarlo. Es lo único rondaba en mi cabeza mientras me abracé a mi misma. Su calidez, cercanía, protección. No es que sea una damisela en peligro, pero en estos momentos me sentía refugiada de cierto modo.

Hoy es viernes si no mal recuerdo.

—Sigue durmiendo, creo lo necesitas —dijo acomodando las mantas que se habían movido de mi futón.
—Hay clases, Iwaizumi —respondí intranquila.
—¿Y piensas ir así? —preguntó con inquietud.

Solo debo regresar a casa, tomar una ducha, ponerme uniforme e ir a clases, no es tan complicado.

—Sí —dije con mi tono de voz delatando mi careza de certeza.
—Mejor quédate aquí —insistió tratando de recostarme de regreso al futón casi a la fuerza con un suave empuje sobre mis hombros.
—No soy un bebé, Iwaizumi
—Debes de encontrarte tan vulnerable como uno en estos momentos
—Tú —contesté intentando sonar amenazante antes de hacer fuerza en su contra, pero no tardé en regresar a mi lugar por lo fácil que le fue a él devolverme con poco esfuerzo.
—Recuéstate de una vez, idiota —expresó ya irritado.
—Hajime, ¿desayuno o ducha? —escuchamos un canturreo proveniente de una voz femenina del otro lado de la puerta.
—Ducha —exclamó Iwaizumi al mismo tiempo cubrió mi boca con su mano.
—Está bien —canturreó nuevamente—. Gracias por las medicinas de anoche
—No hay de qué

Tras escuchar los pasos alejarse, Iwaizumi dejó salir un suspiro de alivio, pero no me sacaba la mano de encima y yo tampoco hice nada para quitarla. Él solo se dio cuenta de forma tardía.

—Lo siento... —expresó alterado antes de despegar su mano de mi rostro, a lo que negué tranquila.
—No pasa nada, es entendible... ¿Tus padres te matarían si me descubren aquí?
—Honestamente no tengo idea de cuál sería la reacción que llegarían a tener...

Ambos suspiramos pesadamente al mismo tiempo.

—Insisto que lo mejor sería descanses un poco antes de regresar a casa, y que no vayas a la escuela hoy —dijo colocando una mano en mi hombro—. Diré que me avisaste que no te sentías en condiciones
—Debería ir a casa a prepararme...
—Sonozaki, hablo en serio, por favor, si quieres me hago cargo de tener los apuntes de las clases de hoy —insistió esta vez tomando ambas mis manos entre las suyas.

Tragué casi sonoramente ante aquella intensa mirada que me dedicó y me hizo flaquear. Cedí. Cedí ante el hecho de que solo con verlo sabía que no habría forma de hacerle cambiar de opinión.

~~~

Asintió y eso me bastó para levantarme a darme una ducha y empezar a prepararme. Entre eso, cambiarme dentro del mismo baño, lo cual no es usual, pero no iba a cambiarme en mi cuarto con ella allí, y  tener que ir a desayunar. Temía que estuviese pasando algo de hambre, así que me llevé sutilmente unas barras de cereal excusándome con que las llevaría para comer algo en los recesos.

"Can't Believe You Noticed Me" Iwaizumi, HajimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora