s e i s

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El gimnasio de la ciudad de Sendai. Había más gente de la que creí que habría. Pasaba de un lugar a otro buscando dónde madre se supone están las personas que no son miembros de un equipo como tal, y eso que me preocupaba cuando no he llegado ni a la entrada principal. Aún era algo temprano a todo esto, al menos de eso me percaté al ver la hora en mi celular.

—¿Iwaizumi? —cuestioné al ver a quien asumí era él, pero con un aura potente que parecía furia pura mientras avanzaba con un balón en mano.
—Ah, Sonozaki —respondió sorprendido al verme, dejando un poco de lado aquella impresión que daba con su presencia—. Viniste
—Te dije que lo haría, aunque no creí te vería antes de algún partido —dije extrañada.
—Sí, no creo habría pasado, pero Oikawa se quedó atrás y me enviaron a buscarlo —dijo con evidente irritación.
—¿Por qué algo me dice que la razón por la que se retrasó es lo que realmente te molesta más que el hecho de que no haya estado con ustedes?
—Porque así es precisamente

Ah.

—Ahora tengo curiosidad al respecto —admití en voz baja.
—Creo así podrías ver que lo que has visto en la escuela no es nada —dijo pensativo antes de hacerme una seña de seguirle el paso, cosa hice de inmediato.

Avancé a su lado sintiendo aquella aura de ira volvía nuevamente a su persona. No tardamos mucho en llegar ante la escena que me hizo comprenderlo. ¿Esas chicas eran de otras escuelas y actúan como las mismas fanáticas de nuestra preparatoria? ¿Qué demonios le ven a Oikawa realmente? Esas chicas parecen estar bajo una maldición de amor tóxico en el sentido de lo obsesivo...

—Con permiso —susurró Iwaizumi antes de prepara el balón que llevaba a mano.
—Espera, ¿vas a...? —iba a cuestionar alterada, pero su actuar respondió mi pregunta antes de yo ser capaz de decirla.

El lanzamiento fue tan perfecto que el balón incluso rebotó de tal forma regresó a la mano de Iwaizumi. Las chicas gritaron espantadas ante aquel suceso y yo solo traté de aguantarme la risa ante menuda escena.

—Eso dolió, ¡ni si quiera el entrenador me golpea...! —dijo Oikawa dolido antes de voltearse a ver lo que ocurrió realmente.

Esas miradas entre ellos dos me hizo comprender que Oikawa cedió ante el temor de ver que Iwaizumi podría arrebatarle la vida de otro lanzamiento.

—Lo siento, saquémonos fotografías en otra ocasión —dijo suavemente Oikawa a las chicas antes de acercarse a nosotros, consiguiendo quejidos decepcionados por parte de ellas.

~~~

—¡No era necesario! ¡Hubiese bastado con un llamado de atención normal! —siguió quejándose Oikawa.
—¡Cállate, Basukawa!

A este punto de rabia casi había olvidado que Sonozaki se hallaba con nosotros, pero el hecho de que empezó a dejar a salir risa evidentemente retenidas llamó la atención de ambos. Al principio eran suaves, pero luego ya eran carcajadas.

—Lo siento, lo siento —dijo suplicante tratando de recuperar el aire—. Es que no sé qué fue más cómico entre todo lo que pasó, y a la vez fue demasiado épico
—¿Épico? —cuestionó Oikawa.
—No sabía que tenías un lado así de potente, Iwaizumi —dijo una vez logré calmarse para secarse sus lágrimas
—¿Potente? —cuestioné aturdido.
—¿No te dio miedo? —preguntó Oikawa con gran confusión.
—¿Miedo? —expresó entre desconcertada e indignada—. ¿Por qué demonios intentan hacerme creer que Iwaizumi es intimidante cuando no es así?

Ahora parecía más un reproche. ¿Y en qué momento es eso de que trataron de convencerla de aquello? Ese pensamiento me hizo mirar fulminante a Oikawa.

"Can't Believe You Noticed Me" Iwaizumi, HajimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora