03

367 51 18
                                    

Ubicó al coreano en una mesa en el fondo, mirando fijamente un vaso de agua. Sin previo aviso se sentó en la silla frente a Jaebeom, sorprendiéndolo ligeramente.

—¿Esperas a alguien, cariño?

—A ti, por supuesto —le contestó JB y Jackson no halló rastro de aquella incertidumbre con la que lo había visto en sus encuentros pasados.

—Entonces estás de suerte. Y bien, ¿has ordenado algo?

—Aún no —hizo un seña al mesero para que se acercara—. ¿Podría traernos vino tinto?

—¿Copa o botella? —preguntó cordialmente mientras les entregaba dos menús.

—¿Te parece bien la botella? Oh, y ya que estamos aquí deberíamos pedir el filete.

Asintió complacido por la confianza que JB despedía.

El mesero entonces retiró las cartas.

—Sexy —dijo en cuanto se quedaron solos.

—Trato de hacerlo natural —JB sonrió de lado.

—Debo admitir que estoy sorprendido. Empezaba a creer que eras tímido, pero esta faceta me gusta.

—Mi actitud no debió haber sido atractiva de ver. Así que yo también estoy sorprendido de que hayas aceptado.

—Bueno, esos amplios hombros eran imperdibles —medio bromeó y medio dijo en serio.

El mesero se acercó silenciosamente, colocó las copas en la mesa y abrió la botella, sirviendo a ambos. Hizo una leve inclinación y volvió a dejarlos solos.

—Bien, háblame de ti JB.

—¿Qué quieres saber?

—Lo que quieras decirme —se encogió de hombros.

—Mi nombre es Lim Jaebeom, tengo 26, de Ilsan en Goyang. Soy fotógrafo.

—Oh, ¿en serio? —preguntó genuinamente interesado, su barbilla sobre sus manos entrelazadas, sus codos apoyados en la mesa.

—No es gran cosa. Solo hago algunas exposiciones cada tanto, cuando la colección es buena.

—¿Qué fotografías? ¿Paisajes, modelos?

JB parecía estar decidiendo si decirle o no.

—¿Desnudos? —susurró ante la duda del otro.

—¡No! —Jaebeom dió una risa sincera—Emociones —finalmente soltó.

Jackson miró fijamente a los pequeños ojos del pelinegro —Que profundo.

—Se podría decir, repito, no es gran cosa.

—Dígame más, fotógrafo Lim —coquetería en su tono.

—Tengo una gata, me gusta la fresa. Tengo 2 verdaderos amigos.

—¿Fue con ellos que fuiste esa noche?

—Sí, Bambam nos arrastró a Yugyeom y a mí —rodó los ojos.

—¿Y cómo llegaron ellos a tu vida?

—Cuando yo estaba en universidad, ¿mi segundo año tal vez? Yugyeom estaba en segundo año de escuela secundaria. Iba caminando de regreso a casa cuando escuché un grito, me acerqué al parque de donde provenía el ruido. Habían tres chicos arrinconando a otro, no parecía justo y mucho menos cuando descubrí que era solo por que al chico le gustaba bailar. Hice lo que debía de hacer, lo defendí y mandé a aquellos chicos a casa. No me pareció gran cosa pero al día siguiente a la salida de la escuela estaba ese niño esperando con contenedores de plástico llenos de comida, agradeciéndome y alegando lo genial que era. Se me pegó como garrapata y nunca pude deshacerme de él, aunque creéme que lo intenté. Yugyeom es ahora como mi hermano menor.

touch ❀ jackbeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora