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La adrenalina llenó todo su cuerpo. Cuando se puso los zapatos, cuando bajó por el ascensor, cuando tomó el taxi y cuando llegó a su edificio.

No sabía que sentía pero no le gustaba. Quemaba en su pecho. Algo parecido a la ira, pero se sentía triste. Como despecho. Y lo odiaba, no recordaba cuando había sido la última vez que se había sentido así y estaba dispuesto a deshacerse de esa sensación a como diera lugar. Por eso no pensó, ni cuando se dirigió a una puerta que no era la suya ni cuando vió el rostro de su mejor amigo.

Mark apenas y pudo pronunciar saludo cuando Jackson lo atacó con unas palabras que no oía desde que el menor había conocido a ese tal Jaebeom.

—Te he extrañado tanto Mark.

Y sabía lo que significaba. No iba a cuestionarlo a pesar de la rara expresión en su rostro. Por que Mark también lo había extrañado, con locura.

Por eso, solo tomó a Jackson entre sus manos. Quitando la ropa mientras lo besaba. El enorme suéter que lo cubría así como el short ya no eran parte de la escena. Tampoco la ropa entallada del otro.

Su pálida y fría piel erizaba la bronceada y cálida piel de Jackson. Se sentó sobre él, restregándose como sabía que le gustaba a Jackson, sintiendo de inmediato en su trasero el efecto.

Se estiró para alcanzar el lubricante que tenía debajo de la cama, con la ayuda del firme agarre del chino para no caer.

Usualmente en el pasado, cada uno de sus encuentros habían sido mayormente silenciosos, solo los por supuesto gemidos y el hablar lo necesario para asegurarse que el otro lo estaba disfrutando y deseaba seguir con ello pues el usar palabras de cortejo arruinaría sin duda su amistad y la forma en que se veían fuera de la cama.

Eso alimentó su sorpresa cuando Jackson volvió a hablar, con una petición ya bastante inusual.

—¿Podríamos cambiar papeles hoy?

—¿Eh? Pero tú prefieres ser el de arriba —cuestionó con las manos sobre el pecho de Wang.

—Por favor Mark, prometo recompensarte —pidió y al ver sus ojos implorar no pudo negarse.

Cambió su expresión de inmediato y Jackson supo así que había aceptado.

En general, Mark era muy elástico y ruidoso. Amaba recibir, ser llenado y sostenido. Pero aunque sabía que iba a requerir más esfuerzo físico del usual, llenar y dominar era bastante bueno también.

Bajo el elástico de su ropa interior e hizo que se colocara en cuatro, estirando sus piernas lo más que pudo. Acercó su boca al trasero del menor, confiando en la limpieza y cuidado que Jackson siempre tenía. Su lengua entró lentamente y el menor soltó un pequeño gemido antes de removerse, Mark lo tomó por la cadera y empezó a mover su lengua por los alrededores, saboreando. Después de que sintió que la entrada estaba ya acostumbrada a ese tamaño empezó a simular pequeñas penetraciones con su lengua, logrando que más pequeños gemidos se escaparan.

Con su cuello ya cansado, lubricó sus dedos para hacer el cambio. Dos dedos separados y formando círculos para expandir, con su otra mano acarició el muslo interno de Jackson. Encargándose siempre de dar cariño además de placer. Añadió un tercer y último dedo, buscando el punto G y una vez que lo ubicó, puso más lubricante en la entrada de Jackson. Se puso sobre sus rodillas y acomodó a Jackson. Penetrándolo y tocando ese delicado punto. Primero lentamente, de atrás hacia adelante, solo un suave movimiento para empezar a moverse dura y rápidamente con la ansiosa actitud del hongkonés.

Los jadeos y gemidos fueron interrumpidos por un nombre, causando que Mark se detuviera.

—¿Qué dijiste?

touch ❀ jackbeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora