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Todavía no introducía el código de su departamento cuando la puerta se abrió, revelando a Mark quien salía con dos latas de cerveza en cada una de sus manos.

La sorpresa le duró apenas unos segundos —¿Bebiendo tan temprano?

—¿No debería interrogarte yo? Después de todo eres tú el que está llegando a casa a las 7 de la mañana —dejó la puerta entreabierta.

—Andaba por ahí —se encogió de hombros—. ¿Ahora respondes mi pregunta?

—No es beber temprano si aún no he ido a dormir —respondió de igual manera—. Considéralo como seguir la fiesta. Las que tenía se me acabaron así que viene a saquear tu refrigerador.

Se rió —Mientras tengas una excusa para embriagarte —hizo ademán de entrar a su departamento.

—Estabas con ese chico, ¿no es así? El que vino a verte hace unas semanas.

—Sí. Por cierto —sacó la hoja que él otro le había dado—, está limpio, no tienes de que preocuparte. Y usamos protección.

—Eso es un alivio —rodó los ojos.

—No hay necesidad de ser sarcástico, Markie.

—Como sea.

—Estoy cansado, trabajé toda la noche.

—Eso es seguro —bufó.

—No necesito esto, Tuan. Te lo dije por que ese era el trato. Hablamos cuando estés sobrio.

Suspiró —Tienes razón, lo siento.

Jackson solo quería cerrar la puerta y dormir pero Mark no lucía con intenciones de moverse.

—¿Qué hay entre tú y ese sujeto?

—Mark...

—Pregunto como amigos —su voz ya no estaba a la defensiva—. Estaba bueno.

—No hay nada, solo es un sujeto. Y sí, está muy bueno.

Mark se rió ligeramente, sin muchas ganas, más bien por que parecía lo correcto —Debería ir a mi departamento —señaló con su cabeza al fondo del pasillo—, están muy frías —alzó las manos.

—Disfrútalas.

—¿No quieres venir?

—No, realmente estoy muy cansado —le aseguró—. Pero si en un par de horas aún estás bebiendo tal vez me una.

—Bien. Descansa —finalmente lo dejó solo.

☆゚.*・。゚☆゚.*・。

—Estoy agotado —su cabeza pegada a la barra de madera.

—Aguanta, solo esta semana más y terminas. La próxima semana como recompensa te prepararé una nueva bebida que estoy seguro te gustará.

Alzó la cabeza como resorte —¿La próxima semana? —sonrió y sus pómulos se volvieron prominentes.

—¿Vas a venir, no es así?

—Por supuesto que lo voy a hacer, pero pensé que hoy ibas a tratar nuevamente de convencerme de que no lo hiciera.

—Ya he gastado mucha saliva en eso —dijo tratando de restarle importancia.

Cada semana sin falta Yugyeom ha hecho su aparición en el Ars, sentándose en el mismo taburete y hablando con Jinyoung durante al menos un par de horas antes de irse. Por supuesto que el mayor siempre trataba de convencer al otro de que su presencia era innecesaria y que era una perdida de su tiempo el ir de nuevo la próxima semana. Pero Yugyeom volvía a aparecer cada sábado.

Se había vuelto imposible para Jinyoung ignorarlo, inevitablemente terminaban conversando siempre. Principalmente Yugyeom hacia el trabajo, pero después de un rato de los hombros del mayor desaparecía la tensión y él terminaba contando también una que otra cosa de su vida.

Así fue como Jinyoung se enteró de que Yugyeom formaba parte de un estudio de baile y que iban a grabar rutinas como evaluación de sus avances, el menor pertenecía a uno de los niveles avanzados por ende se esperaba un mejor rendimiento de su parte y eso lo había traído como loco el último par de semanas.

—Me alegra que hayas entendido la indirecta.

—No fue una indirecta. Has sido muy directo con tus intenciones y yo he sido muy directo sobre lo que pienso de ello, niño.

—Carajo, vas de nuevo con lo de niño —su boca torcida en disgusto.

—Ayuda a trazar la línea.

Se exasperó —¿Por qué quieres trazar una línea, hyung? Los dos somos mayores de edad. Tú me gustas y creo que yo te... —se quedó callado ante la mirada expectante del otro—, al menos creo que no te resulto repugnante.

Jinyoung soltó una carcajada —¿De dónde sacas esas cosas? Realmente eres como un niño, muy inocente para mi gusto.

—¡Deja de decir que soy inocente, no soy inocente! Siempre miro tu trasero cuando te das la vuelta —su voz perdiendo coraje cuando se dió cuenta de lo que estaba diciendo y como los chicos de una de las mesas altas cercanas lo veían.

—Disculpen —se inclinó el mayor hacia la mesa y luego regresó su mirada a Yugyeom—. ¿Ves? Tienes las hormonas alborotadas, demasiado inmaduro —con su dedo índice dió un leve empujón a la frente del menor.

—No soy así, jamás. Es por que me gustas mucho hyung —admitió con la voz más baja, su acento marcándose mientras arrastra su voz con los labios abultados, como haciendo un berrinche—, nunca nadie me había gustado tanto.

Como un pequeño acto de piedad, Jinyoung acarició levemente la mano de Yugyeom —Te van a gustar más personas, niño.

—¡AHHH! —apartó su mano de golpe— Das un paso adelante y dos atrás.

Apenas y tuvo tiempo de reaccionar; cuando se dió cuenta Park ya tenía su mano envuelta en su cuello, apretando y jalándolo hacia él, su rostro peligrosamente cerca, su respiración caliente golpeando sus labios, sus narices chocando —Escucha niño, no sabrías que hacer conmigo así que deja de jugar.

Aún con la presión de la mano en su cuello, Yugyeom tragó, su manzana de adán paseando en la palma del pelinegro —¿Por qué no comprobamos?

Los ojos de Park viajaron brevemente a los delgados labios del menor y sonrío de lado, lo soltó y se enderezó. Las rojizas huellas de su mano quedaron marcadas en la piel nívea de Yugyeom.

—No me hagas reír —retiró el vaso del otro. Sus hombros ligeramente tensos, realmente había estado a punto de perder el control.

—Salgamos un día, hyung.

Suspiró —¿Qué hay en esa cabeza? Eres muy terco, ¿está seguro que te lavas bien las orejas?

—¿Qué hay en la tuya, hyung? ¿A qué le temes?

—Yugyeom... me gustas. No seguirías aquí si no fuera así. Eres lindo, es  divertido pasar el rato contigo y aunque no sé si deba admitirte esto, eres muy provocativo. Ni siquiera lo haces intencionalmente lo cual es una jodida molestia.

—¿Entonces cuál es el problema? Déjame entender.

—Implicas mucho. Lo ví la primera noche, con tus amigos protegiéndote. Les importas, eres importante. Tienes sueños y yo soy un barman. Eres la clase de chico con el que toca visitar a los padres y yo no sé si pueda con eso.

—Podemos empezar con presentarte a mi hermano.

Park sonrió un poco divertido —Sabes que no me refiero a eso.

—Lo sé, ¿pero por qué acabar esto si ni siquiera ha empezado?

—Bien. Anota mi teléfono.

☆゚.*・。゚☆゚.*・。

Otro poco de Jingyeom por que hace bien 😔

touch ❀ jackbeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora