Cuando llegamos al GYM, Lena intimidaba a cualquier entrenador que quisiera acercase.
- Lena. La llamo mientras corro en la caminadora. Ella deja de ver a todos lados y me mira.
-¿ Porque no escoges cualquier máquina y haces ejercicios?. Le pregunto. Llevamos media hora y no único que ha hecho es espantar a todos los hombres que han intentado hablarme.
-Estoy bien aquí. Dice. Paro la máquina, y dejo de corre.
- Lena vivimos a ejercitarnos, no que hagas de guardaespaldas, para eso ya esta Habnk, lo señalo a unos metros de nosotras.
- Es que no se que ejercicios hacer, nunca me ha gustado hacer ejercicios, y no conozco mucho. Dice y veo un leve sonrojo. No puedo creer, ella por fin muestra un lado vulnerable.
-Ven, yo te voy a enseñar, comencemos con lo más fácil, las bicicletas. Digo.
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Programanos solo 15 minutos la básica. No quiero que Lena mañana amanezca adolorida.
- Solo un poco más Lena. Digo burlandome de su mal estado físico.
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La miro y me quedo enbobada.
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Ella ríe y mi corazón late. Tal vez es por el ejercio o es ver como Lena es capaz de reír de verdad.
Durante 1 hora Lena pasó más tiempo a mi lado, viéndome, que ejercitándose.
