Después de 5 años de casados, me siento como un adolescente otra vez.
Alguien me ha enviado cartas con flores durante más de 3 meses. Se que está mal pero... me siento feliz por recibir tanta atención.
—¡Es tardísimo, demonios Eiji! ¿no podías despertarme? —Estaba preparando tu almuerzo y… —Olvídalo, comeré fuera. —Pero ya lo tengo lis…— salió corriendo sin dejarme entregarle su lunch.
Me dejo caer en el sillón de la sala suspirando. Tenemos más de cinco años de casados. Ash trabaja bastante duro en el periódico y yo tengo mi estudio de fotografía. Nos llevamos bien, pero a veces él es muy duro. Hay veces que no podemos vernos, y aunque pongo de mi parte por llegar temprano, él sigue llegando tarde. A veces me siento solo. Me enamoró de el su fuerza y determinación, no suele ser expresivo, y a veces me hace enojar con facilidad, pero en el fondo es muy tierno y me hace sentir cálido. Ash hace unas semanas obtuvo un ascenso y tuvimos que cambiarnos, este departamento es un poco más grande, pero a ratos trato de arreglarlo.
—Aún siento que le falta algo…— unos golpes proviene de la puerta— ¿quién será?
Me dirijo y abro la puerta. Un chico con un ramo de flores se encuentra frente a mi.
—¿Usted es Eiji Okumura? —Si, así es. —Le hago entrega de este ramo. —¿He? ¿Para mi? —Si, adiós. —Oye, ¿quién me manda esto? —No puedo decirlo, es secreto, adiós.
El chico corre y me quedo mirando las flores. Son violetas, de un aroma suave.
—Son hermosas. Ho, aquí está la nota.
"Mi nombre, no te lo puedo decir. Te he estado observando durante unos días y debo confesarte que eres realmente hermoso. Tienes una sonrisa encantadora, tu voz es melodiosa, y tus ojos son tan intensos como la noche. Se que tienes esposo, y se que no me comparo con él, pero por favor, permíteme escribirte mis sentimientos y acepta estas flores que son sencillas pero son tan puras como mi amor por ti.
Atentamente, tu amante secreto."
Estoy tan sorprendido por el contenido de la carta que me he puesto rojo.
Busco un jarrón y pongo las flores en la sala. Sonrió y continúo limpiando la casa.
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—Ya llegué. —Bienvenido, ya casi está la cena. —Estoy cansado— se dejó caer en el sofá y miró de reojo las flores— ¿Compraste eso? —Este… si jeje ¿no son lindas? —No me gustan las flores, pero creo que le dan un toque a la casa. —Ya veo— digo un poco apenado— Ya puedes venir a comer.
La cena trascurre con normalidad. No le tomó importancia o miró la decoración de la casa. Sino hubiera puesto las flores en la sala, tampoco las hubiera notado.
—Ash, a decir verdad, no compre las flores. —¿Entonces? —Alguien me … — su teléfono comenzó a vibrar. —Es de la oficina, luego me cuentas— salió a prisa a contestar fuera.
Suspiré y otra vez me encontraba solo. Sentí algo en mi bolsillo y saque la nota de aquellas flores. Sonreí y la leí al menos tres veces.
—Parezco un adolescente. Tal vez fue un error, es lo más seguro. Aún así, ese sentimiento de alegría es muy dulce.
Limpié la cocina y me recosté en la cama, después de mucho tiempo, no había dormido con una sonrisa así en mi rostro. . . . Trataré de actualizar una vez a la semana, quizá los viernes
