Noveno ramo

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—¿Era Ash? ¿Él era tú amante?
—Si.
—¿Y lo dices así de contento? Voy a romperle los dientes…
—Está bien Shorter, Ash me hizo sentir tan bien cuando decidió decirme la verdad. Llegué a pensar que era una mala persona por empezar a enamorarme de alguien que no fuera mi esposo.
—Lo perdonas muy rápido… aunque debo admitir que ese bastardo fue muy ingenioso. Te vez muy feliz.
—Lo estoy. Acordamos salir a cenar y pasar mucho más tiempo juntos. No se como describir cuan afortunado soy por enamorarme dos veces de la misma persona.
—No dudes en decirme si ese inútil se porta mal, le daré unos buenos golpes.
—Descuida. Oh, ya es hora de mi cita.
—¿Cita?
—Si, con mi amante, mi amor secreto.

Ash esperaba impaciente en una mesa mientras miraba a sus alrededores

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Ash esperaba impaciente en una mesa mientras miraba a sus alrededores. Eiji llegó y lo saludó sonriendo. Ash devolvió el gesto.

—Lo siento, el tráfico es terrible.
—Descuida. Ten— le entregó un ramo de violetas y evitó mirarle, pues se encontraba muy avergonzado.
—¿Me seguirás dando flores?
—¿No quieres?
—Claro que si, me gustan mucho— Eiji las olió y miró a Ash mientras estiraba su mano.
—¿Qué tiene esa mano?
—Falta mi carta.
—¡N-no quiero seguir escribiendo cosas cursis!
—Humm— Eiji infló las mejillas cruzando los brazos— extraño a mi amante, el era todo un caballero.
—Oye, ¿Como que un caballero?
—De ahora en adelante siempre que me des flores, quiero que ne digas cosas lindas.
—No te propases… ¿Sabes lo difícil que fue escribirlas? Cuando dormías pasaba horas tratando de escribir poesía, terminaba con ojeras al menos tres noches.
—Gracias— Eiji sonrió y tomo la mano de su marido.
—Te amo.
—¡Dime más!
—¡No pienso hacerlo!
.
.
.

Eiji era feliz en su matrimonio, aunque su marido era el mismo demonio. Tenía el hombre un poco de mal genio, Eiji se quejaba de que nunca fue tierno.
Desde hace ya más de tres meses, recibe cartas de un extraño; cartas llenas de poesía que le han devuelto la alegría.

¿Quién te escribía a ti versos, dime niño, quién era?
¿Quién te mandaba flores en primavera?
Con amor las recibías, como siempre, sin tarjeta.
Te mandaba a ti un ramito de violetas.

A veces, sueña; a veces, se imagina, cómo será aquél que a él tanto lo estima.
Será más bien hombre de pelo cano, sonrisa abierta y de ternura en sus manos.
¿Quién será quien sufre en silencio?
¿Quién puede ser su amor secreto?
Eiji que no sabe nada
Mira a su marido, y luego se calla.

¿Quién te escribía a ti versos, dime niño, quién era?
¿Quién te mandaba flores en primavera?
Con amor las recibías, como siempre, sin tarjeta.
Te mandaba a ti un ramito de violetas.

Cada tarde al volver su esposo, cansado del trabajo, va y lo mira de reojo; no dice nada porque él lo sabe todo, Eiji es así, feliz, de cualquier modo.
Porque él es quien le escribe versos. Él es su amante, su amor secreto.
Eiji que no sabe nada mira a su marido, y luego se calla.

¿Quién te escribía a ti versos, dime niño, quién era?
¿Quién te mandaba flores en primavera?
Con amor las recibías, como siempre, sin tarjeta.
Te mandaba a ti un ramito de violetas.

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Mi amante, mi amor secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora