21- ʀᴜʙɪᴀ ʏ ᴍᴏʀᴇɴᴏ

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MADISON

-¿En serio creíste que ella te estaba buscando?.- Dijo con una sonrisa arrogante.

Su dedo rozo mi pierna, me estremecí ante el tacto, el se río ante mi acción, adelante él hizo lo mismo.

-Eres tan estupida, Madison.

-Ella jamás te buscará.

-Metete esto en la cabeza. Ella... está...

El vidrio del carro estallando en mil pedazos me hizo saltar de mi asiento. La puerta de mi lado se abrió y me removí del asiento, gritando.

-Mads..

Todo era mentira, todo lo que salía de su boca era completamente falso, ella no.

-¡Mads!, ¡Estoy aquí!, Mads, cálmate.

Abrí mis ojos encontrándome con Joshua a mi lado, estaba parado en frente mío, me tomaba de la mano, agitada, miré todo mi entorno, estaba en el hospital.

-Tranquila... estoy aquí contigo.-Apretó el agarre de su mano con la mía.

-¿Por qué estoy aquí?, ¿Estaba gritando?

-Si, pero tranquila, solo fue un sueño.-Acercó una silla y se sentó en ella al lado mío.-Solo tuviste un ataque de pánico, ya estás bien. ¿Te duele algo?

-La cabeza.-Cerré mis ojos.

Y entonces todos los recuerdos se hicieron presentes, sus palabras hirientes y su risa malévola, esa risa que me hacía estremecer del miedo, esa mirada qué...

-Mads, ¿Me estás escuchando?.-Salí del trance y abrí los ojos.-Iré a avisarle a la doctora que despertaste. ¿Quieres ver a alguien?

-¿Quién está?.-Paré con dificultad un poco mi torso.

-Jaden, Bryce... Creo que Addison, Anthony se fue hace un rato, me dijo que cuando despertarás que te dijera qué te quería, pero tenía sueño.

-¿Han estado toda la noche?

Joshua asintió-, Si, ellos me llamaron para avisarme.

-Quiero ver a Jaden.

Joshua esbozó una sonrisa un poco burlona, avanzó hacia la puerta de la habitación y salió por ella.

Esperé unos segundos a que la puerta se volviera a abrir, cerré los ojos un poco cansada pero los volví a abrir cuando el sonido de la puerta me obligó a hacerlo por inercia.

Sus piernas delgadas y el cabello rebelde que tanto me gustaba se hizo presente en la habitación.

Jaden avanzó cabizbajo hacia mi lado, no me miró en ningún momento, y en el momento en el que me pensé que me saludaría, me sorprendí al ver que lo que hizo fue sentarse en la misma silla que se sentó Joshua minutos atrás.

Y entonces ahí me di cuenta de lo terrible que se veía.

Debajo de sus ojos habían unas terribles ojeras como si no hubiera dormido en horas, sus ojos estaban hinchados y un poco rojos, su cabello lo disimulaba un poco tapándolos, pero de cerca podía observarlos de todas maneras.

INTERCAMBIO - 𝐉. 𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora