20- ᴘᴀɴɪᴄ ᴀᴛᴛᴀᴄᴋ

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JADEN

-¿No creen que esta tardando mucho?

Me giré hacia atrás para obsérvarlos, los tres me miraban irritados.

-¿Mejor me callo?

-Si Jaden, callate.-Dijo Bryce cruzándose de brazos.

-No creas que ella tardará 20 minutos en hablar con su mamá. Recuerda que hace más de 10 años que no la ve.-Dijo Addison calmada.

Suspiré y me giré viendo hacia el frente. Estábamos casi a 1 cuadra del café, según Bryce era para "Darles espacio", pero la verdad ni siquiera sabíamos si ella estaba hablando con su madre o aún estaba esperándola.

Ay mi Mads.

Mi bella y ruda Mads, desde un principio supe qué ambos tendríamos esta conexión, simplemente seríamos igual al otro, casi como almas gemelas.

Desde pequeño fui apegado a Dios, siempre el cura en la misa del día domingo decía eso de las almas gemelas. Lo cual encontraba un poco ridiculo.

Pero de verdad creía qué en este caso no era ridiculo.

La idea de perderla o incluso verla llorando como hace días me aterraba, me ponía nervioso y preocupado. Me ponía histérico.

-¿Saben qué?.-Tome mi celular que reposaba en el asiento de copiloto.-Iré a ver.

Me bajé rápidamente del carro escuchando a los chicos gritando mi nombre atrás, corrí lo más rápido hacia el café, entré en el y busqué por toda la gente a Mads.

No había rastro de ella, no estaba.

-Disculpe.-Le dije a un mesero que estaba ahí.-¿Ha visto a una chica rubia, un poco pequeña de porte, tez blanca, venía con una camisa de cuadros.-Intenté explicar lo mejor posible su apariencia.

-Si, se fue hace un rato.

Sin pensarlo dos veces salí de ahí, al abrir la puerta choqué con los chicos. Los tres me miraban con desaprobación.

-¿Eres imbecil?.-Me dió un leve empujón Bryce.-¡Déjala sola, hermano!, Ella va a estar bien.-Me tomó de el brazo y me zafé enseguida.

-¡No está!, ¡Maldita sea!, ¡Se fue!.-Grité exasperado.

-Jaden...-Ignoré a Addison qué habló a mi lado.

-¿Qué?.-Bryce me preguntó confundido.-¿Como que no está?, ¿Revisaste bien ?

-¿Qué mierda crees que hice?.-Le dije con sarcasmo.-¡La busqué allá dentro!, ¡No está!

-Chicos...

-¿No crees que esté en el baño?, De un principio ella dijo que estaba nerviosa, quizás le dio diarrea.-Ignoré a Anthony y su comentario que no aportaba en nada.

-¡Chicos, maldita sea!.-Gritó Addison lo suficientemente fuerte para que los tres escucháramos.

Estaba mirando un punto fijo hacia la calle, seguí su mirada, un carro de color blanco bastante sucio y desgastado estaba estacionado en frente. Me acerqué a él, los vidrios eran un poco polarizados, pero lo suficientemente para ver hacia dentro.

Mierda.

Mads estaba allí junto a un hombre mayor. Adelante había un chico casi de mi edad, era paliducho y se veía delgado. Lo ideal para noquearlo de un solo puñetazo.

Me acerqué rápido a Bryce, le conté mi corto plan y esperé que el hiciera lo suyo.

Dio vuelta el carro hacia el asiento de copiloto, pegó un codazo en el vidrio haciendo estallar este en mil pedazos, tomó gran distancia y le pegó un gran puñetazo al de adelante, que como supuse, lo noqueó.

INTERCAMBIO - 𝐉. 𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora