Coraza de diamante

Capitulo 4

Promesas

Un poquito de brillo y... ¡Voila!, mírate quedaste fabulosa.

Me observo en el espejo, un poco temerosa, y vaya en realidad me veo genial.

- Ariana tu turno -canturrea Estef mientras coge el control remoto y busca algo de música.

- Bueno -suspira Ariana -pero no quiero parecer un payaso- imita la voz de penywisse, el payaso, se sobresalta de su silla y grita- ¡Déjala ahí! Es mi canción favorita.

Todas tararean al compás de Scared to be lonely de nuestra amada Dua Lipa, mientras yo maquillo a Aria -sí, si me siento orgullosa de como esta quedando-, Estef se toma selfies -muchas en realidad- en posiciones un tanto extrañas y graciosas a su vez.

Justo cuando esta terminando la canción, por todo nuestro alboroto, por la puerta entreabierta se asoma la madre de Estefanía, probablemente para asegurar que todo este en orden, nos da una de esas inspecciones, nos regala una sonrisa de aprobación y se vuelve a su muy interesante conversación con una señora de exagerado maquillaje, que le esta ofreciendo productos de belleza.

Estefanía nos muestra dos outfits para ayudarla a elegir el indicado, yo en particular me fui por el primero: un vestido gris de tela suave, unos botines gamuzados negros y una chaqueta azul hasta la cintura.

Al final se decidió por un vestido celeste degradado y unas sandalias Ipanema. Sencillo y cómodo.

Se dirige al baño para vestirse. Aria y yo aprovechamos para ordenar nuestro desastre. Acomodamos los rubores, sombras, bases, brochas y labiales. Ariana se asegura de guardar bien su Canon -la cámara profesional que papá le regalo para su curso de fotografía-.

Suena el móvil de Estef desde la mesita de noche. Sale disparada del baño y coge su teléfono como si su vida dependiera de ello.

Cuelga, y nos avisa que Alejandra, prima de Estef, nos está esperando para ir a pasear al malecón.

Salimos de su habitación y nos apresuramos a despedirnos de su madre, bajamos por las angostas escaleras, y al final de estás la vemos sentada muy concentrada en su teléfono. Ale, es una chica de estatura pequeña, cabello liso castaño oscuro.

 Nos regala una sonrisa -esperaba que ese queje por nuestra demora, pero Ale le resta importancia-.

Caminamos en dirección a la playa y aprovechamos en hacer una pequeña sesión de fotos, aprovechando el bonito atardecer.

Fue una tarde maravillosa entre risas y juegos, que llegamos a casa exhaustas.

Me dirigí a mi habitación, me puse un pijama y me acosté. Tome el teléfono, postee una de las fotos que nos tomamos, puse en el reproductor Lay me down de Sam Smith y me dormí recordando lo divertida que fue aquella tarde, la maravillosa puesta de sol y la promesa que cada una hizo frente al mar, sobre todo la mía. Ingresar a la Universidad.

Se que eh tardado un poco en subir el capitulo, lo recompensaré lo prometo....
Gracias por leerme, se merecen muchas hamburguesas grasientas.

Abrazos virtuales para todos