Coraza de diamante

Capitulo 6

Internado

Los oficiales nos separan de mamá, mientras llaman a la puerta por un intercomunicador. Automáticamente esta se abre. Nos empujan esposadas por un angosto pasadizo, Solo logro voltear un poco y alcanzo a ver como mamá desesperada intenta entrar con nosotras, pero le es imposible, la puerta se cierra en sus narices.

Una mujer uniformada, de piel oscura y cabellos rojizos. Nos recibe con una sonrisa socarrona y se refiere a nosotras como "carne nueva". Empiezan a formularnos demasiadas preguntas fuera de lugar y el ¿Por qué? Estamos aquí. Al no obtener respuesta, de manera déspota nos adentra a un pequeño baño, para despojarnos de nuestra ropa y pertenencias, hasta quedar completamente desnudas y así pasar la revisión.

Tocando meticulosamente nuestro cuerpo desnudo, nos empujan hacia un baño. Una de las mujeres de seguridad, nos empuja a las duchas, abre el grifo y el agua helada me da de lleno.

Una de las mujeres sin pudor, entra gritando que solo tenemos 3 minutos cada una para culminar.

Sale del baño y nos advierte no cerrar la puerta con pestillo.

No conseguimos ducharnos tan pronto, por lo que la peliroja empieza a retumbar la puerta sin cesar. Aria abre la puerta muy asustada y recibe lo que seria de ahora en adelante nuestros uniformes.

Nos dirigen a un patio amplio, de paredes rosas y mariposas pintadas en ellas. Chicas, probablemente de mi edad y menores que yo, dan vueltas en círculos, al vernos ponen su atención en nosotras.

Aria y entrelaza su mano con la mía, entramos a una habitación con un escritorio dentro, algunas sillas y un enorme sillón. Una mujer muy amable toma nuestros datos y nos explica como seria nuestra estadía aquí. Que debemos y no debemos hacer, los días en que podremos recibir visitas y como seria convivir con tantas chicas, que aún no se adaptan a las reglas del sistema.

La pequeña que tengo a mi costado aún no lo puede creer, rompe en llanto y se cohíbe en mí, -Tienen que salir al patio -dice otra señorita un poco mas joven que la anterior- ya sirvieron su desayuno. Pero Aria no quiere salir, -me siento como comida para peces -dice intentando bromear, pero su llanto se intensifica más.

Una de las señoritas sale, y regresa con nuestro desayuno en manos.

-Tengan pequeñas, alimenten su estomago y tomen el tiempo necesario. Si necesitan hablar estamos nosotras para ayudarlas.

Observo el desayuno, pero mi cuerpo lo rechaza. Sin nada más que hacer, me pongo de pie y tomo a Aria del brazo, salimos de aquella habitación -mala idea- buscamos un lugar para sentarnos, pero al instante se aglomera una multitud, nos acorralan y una lluvia de preguntas no dejan de caer. "¿Por qué están aquí? ¿Robo agravado o arma blanca? ¿Son hermanas? ¿De dónde son?". -Por favor déjenos en paz- suplica Aria casi susurrando, palabras que solo yo logro escuchar.

Ignorando todo a su alrededor, se recuesta en mis piernas y cierra los ojos esperando a que toda esta pesadilla por fin se acabe.