𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑿𝑽

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Hola, ando inspirada porque lo que pasó hoy con Louis me tiene feliz. Disfruten. <3

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Harry no supo cuando subió a su coche, en qué momento comenzó a manejar, pero ahora estaba ahí, de frente a la puerta blanca de Louis, con el número 28 grabado en negro. La sonrisa que traía en el rostro desde que salió de su casa seguía ahí, plasmada, adornando sus rasgos. En ese momento, olvidó lo que había sucedido horas antes en la cafetería del colegio, porque se sentía valiente y un poco más seguro, sólo hacía falta ver a Louis para decirle que todo estaba bien.

Que gracias a él, no tenía miedo. Que las cosas parecían por fin estar mejorando, y que todo se lo debía a él.

Louis lo hacía fuerte, y parecía haber llegado a su vida como una señal de que todo estaba por cambiar, pero que primero, tenía que aceptar. Que si podía amar y que merecía lo mismo que los demás.

Y eso a Harry no le importaba, no le molestaba lo que los demás pensarán de él, si Louis lo aceptaba. Con eso era más que suficiente.

Tocó la puerta, uno, dos, tres golpeteos que resonaron un poco más fuerte debido a los anillos. No pasaron muchos segundos para escuchar una conocida y bonita voz desde dentro diciendo "ya voy, ya voy", y luego, la manija girara y se mostraran unos ojos azules.

"¿Harry?" Louis, incrédulo, se abalanzó a los brazos del más alto.

"Hola, Louis, vine porque supe por mi padre que estuvis-"

"Tu padre, ¡dios, tu padre! Discúlpame por lo que voy a decir pero fui a corretearte hasta tu casa para asegurarme de que estabas bien y lo único que logré fue que tu padre me corriera, ¡me corrió! claro, lo hizo porque le dije lo mal padre que era y que debía ponerte atención, que eras su único hijo y aparte la mejor jodida persona existente en este jodido mundo y que él sólo desperdiciaba su tiempo en su jodido trabajo aun cuando no tiene la necesidad de hacerlo, lo siento pero estaba tan enojado y..." las palabras salían como un trabalenguas, apresuradas.

Harry sonrió y lo calló con un beso. "Estamos bien. Digo, mi padre y yo, sobre todo yo. Al parecer tus palabras hicieron mucho eco en su cabeza y bueno... habló conmigo. Y ahora, al parecer, quiere conocer al enano que le gritó, pero que también hace feliz a su hijo" Los hoyuelos se mostraron, amables, profundos.

Louis tenía una pequeña "o" formada en los labios, como de sorpresa, no creyendo que los casi insultos y llamar "mal padre" al señor que se suponía era papá de Harry, habían tenido un efecto positivo, logrando que Charles se acercara a su hijo, porque sabía lo mucho que Harry deseaba que su padre irrumpiera en su habitación para pedirle disculpas por el comportamiento de los últimos años.

"¿Tu padre? ¿Habló contigo? Diablos" sus dedos se escurrieron entre las hebras de su cabello castaño. "¿Tu padre realmente habló contigo? ¿Y ahora me quiere conocer? ¿Después de que le dije esas cosas? ¿Y me llamó enano?" frunció el ceño.

Harry rió un poquito. "Si, habló conmigo. Se disculpó y aunque dijo que no lo merecía... yo realmente quería hacerlo. Yo no estuve esperando sus disculpas toda la vida, no, más bien, sólo quería que me hablara. Que se diera cuenta de mi presencia, que tiene un hijo. Y lo hizo. Fue muy... ¿sentimental? Ambos lloramos. Entonces, vamos a trabajar en ello. Me siento tranquilo, ¡Dios! Tal vez muchos pensarán que lo perdoné muy rápido, pero lo entiendo, y si estuvieran en mi lugar, también lo harían." Harry sonrió, tranquilo. Esa sonrisa que podría acabar con los problemas mundiales con tal solo verla. "Y si, te quiere conocer, porque sabe que tu eres la causa de mi mejoría, y bueno, quiere agradecerte por el tremendo regaño que le diste, porque le abrió los ojos..." Louis se sonrojó ante escuchar lo último. "Dice que actuó de esa manera y te corrió porque le dio vergüenza que alguien menor que él le recalcara los errores que ya sabía que había cometido. Y lo de enano lo agregué yo, porque Louis, no eres muy alto."

𝑳𝒆𝒕 𝒎𝒆 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒚𝒐𝒖 || 𝒍.𝒔.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora