𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑿𝑿𝑽𝑰

1.6K 163 143
                                    

I'M BACK

• ★ . · ☆ . • ✧ ·

Harry y Louis decidieron no salir de la cama hasta tarde, y por su cuenta, el rizado tomó la decisión de no ir a la escuela.

En su lugar, se quedaron un rato más entrelazados, compartiendo besos húmedos y luego un desayuno que incluía pancakes estilo Tommo -por supuesto que Harry se los comió, aunque se veían terriblemente mal, pero haría todo por su pequeño, de cualquier manera, el sabor era mejor que la presentación- y un jugo de naranja que el mismo Harry se encargó de exprimir.

Comieron en la barra del departamento de Louis, gracias al cielo, cuando salieron de la habitación, no había rastros de Niall y de Liam, tal vez dieron por hecho que la pareja se encontraba bastante ocupada y decidieron no molestar, aunque Louis sabría que luego los tendría encima de él preguntando detalles.

Louis sonrió ladinamente cuando vio a Harry morder una tostada y un rastro de mermelada de fresa caía por la comisura de su labio, al parecer, no se dio cuenta.

-Ven aquí, te ayudo. -Louis estiró el pulgar para limpiar el líquido espeso y luego lamió su dedo.

Harry sonrió de igual manera, mientras trataba de untar mantequilla en otra tostada.

-¿Qué? ¿Qué tanto miras? -Preguntó Louis mientras tomaba un sorbo de jugo, al darse cuenta de que Harry no le quitaba la mirada de encima, y que los hoyuelos de sus mejillas comenzaban a aparecer tiernamente. Y es que Harry lo había visto de tantas maneras... pero esta era su favorita. Cuando sus ojos brillaban y siempre estaba acompañado de una sonrisa, porque se veía bien y tranquilo, como si no tuviese un pequeño desastre enmarañado y dulce dentro de su cabeza.

A Louis le gustaba, porque le hacía pensar que había momentos en los que Harry era sólo Harry, un adolescente común y corriente sin tantas cosas con las cuales lidiar.

-Podría acostumbrarme a esto, ¿sabes?

-¿A qué?

-Esto, tan doméstico. Tú y yo, compartiendo el desayuno en las mañanas, y quitas las migajas de pan que caigan por mi cara y luego yo hago el nudo de tu corbata y ambos salimos para nuestros trabajos horribles en una oficina y al final del día regresamos fastidiados, pero al tenernos en los brazos del otro, todo rastro de molestia se va.

Louis casi escupe el jugo.

-¿Estás diciendo que? -Dijo a medias al recuperar su postura y luego de toser un poco, no sabía si Harry se refería a lo mismo que él estaba pensando, y que, sorpresivamente, no le molestaba pensar en ello.

-¿Qué tal vez si me veo en un futuro contigo, como, muy muy lejano? No, tal vez no, sino que sí. ¿Me di a entender? No soy bueno para esto, quiero decir... es un sí, si quiero. Tú y yo, cómo... ¿por siempre? Así como esas ridículas novelas cursis y románticas que prefieres leer. -Harry ocultó el rostro entre sus grandes palmas, no queriendo que Louis lo viera sonrojado.

-Hey, ¿por qué te ocultas? -Dijo Louis quitándole las manos y posando las suyas una en cada mejilla del rizado.

-¿Estoy siendo muy intenso, tal vez? Esto ha sido extraño y llevamos como unos cinco meses conociéndonos y como dos saliendo... pero, no sé, no me avergüenza decir que me veo lejos contigo. -Tomó la muñeca de Louis, acariciando la piel dorada con el pulgar, y conectando su esmeralda con el zafiro cristalino. -Me avergüenza lo que pienses tú.

Louis acercó su nariz con la de Harry, como en un beso esquimal.

-Digo que si a todo menos a la parte del trabajo de oficina. Odio eso. Podría escribir mis propias novelas desde casa.

𝑳𝒆𝒕 𝒎𝒆 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒚𝒐𝒖 || 𝒍.𝒔.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora