don't leave me(Ezreal x Lux)

I

"No, por favor tú... por favor, no me abandones. Sabes que no lo soportaría"

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Tras el escape de Sylas y los desastres ocurridos en Demacia, la dama luminosa trataba de huir con los magos que ella salvó, pasando por lugares ya olvidados de la gran ciudad.

Todo indicaba que lograrían escapar, sin embargo se presentó ante ellos el guerrero más fuerte de los demacianos. Mas no miró con ira, sino con pena y lástima a la doncella que tenía en frente.

—Luxanna, eres requerida por el príncipe Jarvan. Será mejor que dejes de jugar.

—Lamento informarte que eso no será posible —dijo con una mirada enojada, preparada para pelear—. Ya causé muchos problemas, necesito irme de acá. Y lo haré por las buenas o las malas, Garen.

El joven castaño miró a su hermana, suplicándole en sus ojos que no se fuera.

—Señorita Lux, podemos pelear a su lado si es necesario —dijo uno de los magos presentes.

—No, está bien. Déjenme un minuto con él, a solas.

Los magos se alejaron lo suficiente como para no escuchar ni un susurro de lo que ambos hermanos discutían.

—Lux, como guardián de la Corona debo cumplir con mi deber, y llevarte con el príncipe para que respondas por los daños. Pero como hermano, no me importa los desastres que causaste. No puedes irte.

—¿Y qué otra opción tengo? Muchas personas murieron por mi culpa, entre ellas el rey. No puedo seguir acá, viendo como la gente... mi gente sigue siendo encarcelada por algo que ellos no controlan —pequeñas lágrimas caían de sus azules ojos.

—Jarvan va a perdonarte, estarás a salvo.

—¡Eso no me importa, Garen! Sé que a mí no me pasará nada, ¿pero qué pasará con ellos?

—Ese ya no es tu asunto.

—Sí lo es, porque quiera o no nuestra familia, soy una de ellos...

La chica empezó a llorar desconsolada, recordando todo lo que había provocado. Su hermano se acercó para abrazarle, y ésta no opuso resistencia. Al contrario, ella también lo abrazó.

—Lo siento, lo siento... —decía entre lágrimas.

—Lo sé, Lux. Pero no puedo dejar que te vayas.

—¿Y qué haré con ellos?

Garen pensó en algo, pero enseguida se estaba cuestionando la idea, pues sabía que aquello tendría graves consecuencias. Mas ver la cara de su hermana, de su amiga, de la persona que más quería, accedió a escuchar a su corazón.

—Los dejaré ir —suspiró—. Pero tú vienes conmigo.

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Corría rápidamente de los policías. Estaba cansado, casi no podía respirar, pero no podía rendirse. No estando tan cerca de descubrir un gran tesoro, pues la pieza que poseía era la única que le faltaba para completar el mapa que tenía oculto.