Indispensable [Canadá x Rusia]

13.

—¿Te gusta mi hermano?

—No.

—Rusia, por favor... Sé sincero.

—Canadá... Lo siento.

El bicolor se centró en esos ojos grises que tanto le gustaban, que tanto brillaron por su causa, pero que ahora se escondían y lo evitaban.

—No importa —se mordió la lengua—. Tenía que pasar.

—No te menosprecies.

—Rusia... Te... ¿Te importa si me dejas sólo mientras recojo mis cosas?

—Canadá.

—No voy a demorar... Dejaré tu casa pronto.

—Canadá, escúchame.

—¡Rusia! ¡Por favor! No quiero escuchar más —sollozó—. Solo déjame recoger mi poca dignidad e irme.

—Yo te quiero.

—No me consueles... Porque no lo merezco.

—Canadá...

—No te preocupes —limpió sus lágrimas—. Ya estoy acostumbrado... Y con el tiempo... dejará de doler.

—No odies a USA.

Pero Canadá jamás sería capaz de eso... Porque a quien odiaba con todas sus fuerzas, era a sí mismo. Por no tener nada especial que ofrecer.