Capítulo 11

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Nada más despertarme, un leve dolor de cabeza apareció, mis ojos no soportaban la luz que entraba por mi ventana y por alguna razón, mi estómago se sentía muy revuelto, como si estuviera a punto de vomitar.

- Buenos días, anormal.

- Buenos días... ¿¡Jack!?-. De un salto me levanté de la cama, sinceramente, no entiendí mi reacción, en cualquier otro momento estaría contenta de tener a semejante ... ¿Pero que estoy diciendo? -. Perdón, me asuste.

- Bueno, tu tampoco es que estes muy guapa recien levantada, eh -. ¿Pero este hombre sabe lo que es la amabilidad? -. Anda, estirate un rato más, es demasiado temprano.

Sin pensarlo dos veces me volví a estirar a su lado, aproveché la situación y intenté abrazarlo, claramente, me separó de él de un manotazo.

- Bueno, por intentarlo -. Me coloqué bien en mi lado de la cama -. ¿Qué tal has dormido?.

- Mal, fatal mejor dicho. Te mueves mucho -. Se quejó -. Pero bueno, fui yo quien decidió quedarse ¿Qué tal has dormido tu?

- Como un bebé -. Arrugué mi nariz y mis ojos se cerraron un poco -. Aunque hubiera dormido mejor después de una noche de sexo, para que mentir.

- Ya te gustaria.

- Pues sí, acabo de admitirlo -. Me gané una mirada de asco por su parte -. No me digas que nunca se te ha pasado por la cabeza, tu, yo...

- No, para nada .

- Mientes, yo se que mientes -. Me levanté de la cama y cogí ropa para después de la ducha -. Tengo que prepararme, esta señorita tiene cosas que hacer.

- ¿A dónde vas? Apenas son las siete.

- Esto de estar en tres bandos es complicado ¿sabes?. Tengo que darte informacion a ti sobre las dos mafias, a los verdes sobre la mafia del sistema y sacar información de todos lados, si es que no se ni como no me he vuelto loca aún -. O quizás ya estaba loca, quien sabe -. Si esque no tengo ni vida.

- Adaline -. Como si fuera un mago, Conway de la nada ya estaba a mi lado, cogiendo mi cara entre sus manos -. Prometo sacarte de todo esto muy pronto ¿Vale?.

- Vale.

(...)

Nada de lo que estaban hablando los verdes me interesaba, tampoco era nada importante que pudiera contarle a Conway.

Tenía que ser sincera, "El sistema" eran mil veces más divertidos que los verdes, y eso que ni siquiera se como son como mafiosos. De los verdes no soportaba ni a ala mitad, solo se salvaban los primos Garcia, Rosas y Lamar. Aunque, ya que me estoy sincerando, tampoco había interactuado mucho con los demás. Llevaba más de un mes entre ellos y aún no podía sacar mucho sobre ellos, prácticamente lo único que hacían era limpiar dinero negro, atracar algún que otro badulaque y tráfico de armas.

Pero eso para el señor "SOY TAN SUPERIOR, QUE ESO ES UNA MIERDA DE INFORMACION PARA MI" no le parecía tan fuerte.

Después de aquella noche que dormimos juntos, casi ni lo había visto, casi ni hablábamos. En realidad, ni siquiera había podido hablar con mi hermano, y eso empezaba a joderme demasiado.

Conway prometió sacarme de esta mierda pronto, y a mi, el ultimo puto mes, me había parecido demasiado tiempo. ¿Cuánto tiempo más quería este hombre que me quedara? ¿Un mes más? ¿Un año?

¡AAAH!

- ¿Estas bien?-. La dulce voz de Lamar hizo que me tranquilizara un poco.

- Necesito un poco de aire -. Me levanté y seguidamente, salí al patio de la casa.

- ¿Qué te pasa? -. Volví a escuchar su voz a mis espaldas -. Has estado muy rara últimamente.

- Esta no es mi vida, Lamar -. Me senté en el césped, pocos segundos después, Lamar imitó mi acción -. Quiero salir ya de esta mierda, volver a ser como soy en realidad y dejar de fingir con todos.

- ¿Fingir en qué?.

- En todo, esta mierda me supera, cada día siento que me estoy perdiendo a mi misma, que solo hago lo que los demás quieren y dejó de hacer lo que realmente quiero -. Y era tan real, si no seguía órdenes de uno, seguía órdenes de otro. Nunca tuve que haber elegido esto.

- ¿Y por qué no haces lo que de verdad quieras?.

- Porqué si lo hago, mucha gente saldrá perjudicada.

- A veces tenemos que dejar de pensar tanto en los demás, y pensar más en nosotros mismo.

En el último mes, le había cogido demasiado cariño a Lamar, eso empezaba a dificultar me más las cosas. Y que constantemente me dijera cosas así, me lo hacía más difícil.

- Adi -. Y sus estúpidos motes cariñosos tambien me lo ponen más difícil -. Mañana no vengas por el barrio, mantente lo más alejada que puedas.

- ¿Por qué?.

- ¿Puedes hacerme caso una sola vez en tu vida? Por favor -. Su forma de mirarme y hablarme era demasiado triste, decidí no discutir y solo me limite a asentir -. Si pasara cualquier cosa, quiero que sepas que te quiero, te quiero como la hermana pequeña que nunca tuve, que en el ultimo mes, has sido mi apoyo para todo, y te estaré agradecido toda mi vida.

- Lamar... ¿Por que ha sonado a despedida? -.Mi voz empezó a romperse, mis ojos ya no aguantaban las lágrimas, así que estas ya empezaban a caer por todo mi rostro. Lamar ni siquiera me miraba, él mantenía su mirada en sus pies -. ¿Lamar?.

- Porqué quizás lo sea, porqué siento que sera la ultima vez que te veré y al menos quería decirte esto -. Por fin se dignó a mirarme, pude observar que él estaba incluso peor que yo, su rostro estaba lleno de lágrimas, y su labio temblaba -. Gracias por cuidar de mi, gracias por hacerme sentir bien, y gracias por ser la mejor amiga que podría tener.

- No te vayas, sea lo que sea que vayas a hacer, por favor, no lo hagas-. Lamar se levantó y me obligó a hacerlo yo también -. Lamar, por favor...

Lamar volvió a entrar a la casa, lo seguí hasta el salón, donde se encontraban los demás.

- A partir de ahora, Adaline ya no forma parte de los verdes, a partir de hoy, la dejaremos en paz y dejaremos que haga su vida -. Todos me miraron, seguidamente asintieron -. Ven.

Miré por última vez a todos, ni siquiera me despedí, solo seguí a Lamar hasta fuera de la casa.

- Ten -. Me entregó las llaves de su moto -. Ahora es tuya.

- Lamar...

- Tu y un amigo mío, me habéis hecho el hombre más feliz, me habéis hecho feliz con todos y cada uno de los momentos vividos a vuestro lado, y eso es lo que quiero que recuerdes de mi, los buenos momentos vividos -. Acarició mi mejilla y sonrió -. Te quiero, Adi. Cuidate.

- Lamar...-. No pude decir nada más, Lamar entró de nuevo al interior de la casa, sin dejarme oportunidad de poder hablar -. Perdón por ser una traidora de mierda, perdón por todo...Te quiero, Lamar.

(✨)

Suspiros llenos de tí. (Jack Conway) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora