Capitulo uno.

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Win Metawin Opas-iamkajorn, el hijo intermedio de la familia, un joven demasiado apuesto, no pasaba desapercibido por nadie, simplemente podía ser notado en cualquier lado, el no tenía cualquier tipo de rostro, era un chico bastante guapo, poseía una hermosa cintura pequeña, unas hermosas caderas y tenía las proporciones exactas en los muslos, definitivamente un chico perfecto, aun que eso tenía que aparentar, puesto que al ser hijo de una de las familias más importantes de Tailandia, tenía que vestir como su clase lo pedía, Win y sus hermanos estudiaban en casa, tenía amigos, todos hijos de los maestros que llegaban a enseñarle, mantenía contacto con ellos, el hijo intermedio era reconocido por los criados y mayordomos de la casa por su altruismo, para su edad era muy listo y conocía perfectamente el funcionamiento de las empresas de sus padres, aun que el chico estaba acostumbrado a vivir de las sombras de estos, puesto que nadie lo conocía fuera de ser uno de los hijos del matrimonio Opas-iamkajorn, nunca tuvo novia y tampoco le interesaba tenerla, estaba seguro que no la necesitaría, puesto que la heredera mayor sería su hermana mayor y no el, así que no se preocupaba por ello y no es como si le interesara estar detrás de una chica que probablemente solo amaría su cartera y no el cariño que le daba.

Con hartazgo se sentó en su cama, después de tener un recuento de lo que es su vida, frotó sus ojos y logró quitar un poco la flojera, aún no se había cambiado, eran las 7:30 de la mañana y seguía acostado, haciendo, relativamente nada, volteó y ya escuchaba a los empleados de la casa limpiar y una de las mucamas entraba a su habitación para dejarle su ropa planchada en la mesita que ocupaba para dejar la ropa y zapatos que tenía.

—Buenos días, Joven Win. —Saludó la mujer e hizo una pequeña reverencia ante el chico. —¿Durmió bien?

—Buenos días, Linda, dormí bien muchas gracias. —Le sonrió amable y se dirigió a ella para recoger su ropa y comenzar a cambiarse. —¿Podrías hacerme un café? Tengo un poco de sueño. —Se dirigió a la mujer mientras quitaba la primera parte de su pijama. —Por favor, te lo agradecería mucho.

La mujer le sonrió y salió de la habitación para dirigirse a la cocina y prepararle el desayuno al chico y a su familia, mientras el se cambiaba de ropa, o eso intentaba hacer, puesto que al verse al espejo, desnudo, comenzó a observar su cuerpo, que sabía que no estaba para nada mal, aun que, a pesar de todo observó su cintura y la rodeó con sus manos, no era tan pequeña puesto que no cabía en sus manos, pero si tenía un tamaño pequeño y que sabía que muchas chicas querían, quedó hundido en sus pensamientos hasta que escuchó a sus padres acercarse , tomó su ropa y corrió al baño fingiendo que tomaba una ducha y es que definitivamente le daba vergüenza que sus padres supieran que observaba su cuerpo, más con el tipo de padres que tenía, mojó su cara y cabello y se cambió dentro del baño, cuando salió vio a sus padres parados en la puerta, claramente esperándolo.

—Buenos días, madre. —saludó educadamente mientras hacía una reverencia y se volteo al mayor haciendo una reverencia al hombre frente a el. —Buenos días, padre.

—Buenos días, hijo, el día comienza, alista tus cosas, tus clases casi comienzan. —indicó la mujer mientras tomaba del brazo a su esposo y con una mirada sería observaba al joven.

—Claro, madre, los veo para desayunar. —Dijo y seguido de eso sus padres se retiraron de la habitación, para el quedarse solo y terminar de arreglarse.

Deseaba que su rutina cambiara, deseaba dejar de tener que dormir temprano, levantarse temprano y recibir clases en casa, su rutina diaria, el quisiera poder salir y cambiar un poco sus actividades, en serio que lo deseaba.

Race {Brightwin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora