Capítulo dieciséis

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La joven chica no dudo en apresurarse a la puerta cuando la secretaria le indicó que podía entrar a la oficina, ella sabia que la reconocía.

La chica entró a la habitación con el sonido de sus tacones dentro de la pequeña residencia en la que se hallaba, cerró la puerta a sus espaldas e hizo una pequeña reverencia ante Bright y este correspondiéndosela, se acercó a una de las sillas para sentarse ahí y colocó su bolso en sus piernas una vez sentada y mirando a Bright comenzó a hablar.

—No quiero hacer esto muy largo, supongo que sabes a que vengo a hablar. —Dijo la chica con seriedad en su rostro, quitándose las gafas y colocándolas dentro de su bolso.

—Supongo que si, así que si no me equivoco puedes comenzar a hablar de él. —Cruzó sus piernas y colocó sus codos en la mesa mientras la observaba.

Ella no le tenía miedo, jamás se lo tendría, ella era más valiente que su hermano, o así lo sentía ella, pero solamente quería la felicidad de su pequeño Win sobre todas las cosas.

—No me sorprende que alguien como tú haya cautivado a mi hermano. —Respondió con calma mirándolo, sin señales de nerviosismo. —Pero... hay algo que si me sorprende, y es sobre ti.

Bright la miró confundido ¿Qué era lo que le sorprendía? Y más bien ¿Porqué la sorprendía?

—¿Qué es lo que te tiene sorprendida? —Respondió con calma, sin mostrar signos de alguna confusión.

—Eres de las personas más poderosas, tienes a millones de mujeres tras de ti, pero.. ¿Te enamoraste al fin? Y es que lo más curioso es que, te enamoraste de un chico que no tiene experiencia en el amor y mucho menos tuvo una novia antes ¿Qué es lo que quieres o buscas de él? —La mujer se levantó de forma intimidante y por primera vez en su vida, Bright volvió a sentir miedo.

—Quizá lo quiero a él, quizá quiero que sea mío y poseerlo. —La miró a los ojos pero sabía que ella ya había notado que estaba nervioso. —Quizá quiero que sea parte de mi vida y amarlo, o volverlo parte de mi mafia, para que sea solamente para mi y nadie pueda volverlo a ver.

La chica sonrío y se asombró un poco por su respuesta, pero continuó porque quería sacar más información pero ya llevaban un rato hablando y el cielo daba indicaciones de que eran más de las 5:00 PM.

—Porfavor Bright, eres uno de los peces más gordos en esta pecera, el poder de cada una de las mafias que has adquirido han sido para tu bien, pero personas como yo o mi hermano, somos presas faciles para ustedes, somos peces pequeños, en la mira de bocas tan gigantes como las de ustedes. —exclamó la pelinegra, levantándose para irse, puesto que sabía que estaba por hacerse más tarde y esos lugares no eran del todo seguros, pero se quedó estática en la puerta para después escuchar como Bright volvió a hablar, respondiendo lo que ella le había dicho, con mucha seguridad y sin una pizca de miedo.

—Los peces pequeños son prezas para los tiburones, son nuestra comida y facilmente pueden caer, pero a pesar de todo tu hermano y tú han logrado demostrar ser dos de los peces gigantes que abarcan parte de la pecera, en un mundo tan jodido como el nuestro, todos buscan deborar a todos, pero quien prospera es quien se come a los demás sin planear sus coartadas, y tú, mi pequeña cuñada aún no estás lista para siquiera tocarme.

Race {Brightwin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora