Presos «KookMin» •COMPLETA

5.

Intenté inútilmente con mis brazos poder respirar, pero al parecer, al ver eso relajó los músculos de su cara y aflojó el agarre, me soltó de manera total y caí de rodillas al suelo para comenzar a toser sintiendo como mis pulmones se llenaban de oxígeno nuevamente.

Una vez que ya pude comenzar a respirar de mejor manera observe a Nochu que caminaba de un lado a otro, mientras jalaba de sus cabellos de manera desesperada, murmuraba algunas cosas, entre ellas maldiciones.

Paro en seco y me observo de pies a cabeza, sin predecirlo se arrodilló y me abrazó de golpe, no supe como reaccionar, se separo y me miro de manera total, se veía asustado.

- Perdón. - musitó antes de volver a ponerse de pie.

- Lamento haber revisado tus cosas, no debí, yo... lo siento. - me puse de pie.

- No importa, ¿estás bien? - pregunto pero esta vez con aquel tono indiferente.

- Sí, discúlpame por revisar tus cosas, solo me dio curiosidad.

- Da igual, no te metas más en mis asuntos, espero que te quede claro. - dicho eso tomo su toalla y volvió a salir de la celda.

Pasados unos minutos los latidos comenzaron a normalizarse, mi vida estuvo a punto de terminar por muy pocos segundos, agradezco el hecho de que me haya soltado, pero no entiendo la razón.

Sacudí la cabeza, es tonto pensar en eso ahora que sé que el teniente Min está involucrado en el caso de Nochu, necesito saber la verdad sobre todo, cueste lo que cueste.

[...]

Por alguna razón Nochu no regresó, ni siquiera para la comida de la cena, no apareció, fui al patio y no estaba, tampoco en las duchas, por alguna razón me preocupaba ese hecho.

Mientras comía, ajeno a la conversación de Jackson y Hyeop observaba con detenimiento el lugar donde él siempre se sentaba, mordí mi labio, sentía mucha preocupación por él, por Nochu.

- Hey JiMin, ¿estás escuchando? - preguntó Jackson agitando su mano frente a mí.

- Yo... no, perdón.

- Ya te dijimos que no debes disculparte, Park. - hablo Hyeop algo molesto.

- Esta bien. - suspiré - ¿Que le pasó a Nochu?

- ¿No supiste? - Jackson me miró confundido.

- ¿Saber qué?

- Hay rumores, nadie lo ha confirmado, de que intento ahorcar a alguien, así que los guardias se lo llevaron, nadie sabe que le harán

De manera casi automática puse la mano sobre mi cuello para tragar con fuerza, alguien lo vio y le dijo a los guardias, pero, ¿quién? Y, ¿por qué?

- Un momento. - Hyeop me miró con detenimiento - Fuiste vos. - afirmó a lo que trague.

- Sí, fuiste vos. - aseguró un molesto Jackson - Demonios JiMin, debiste llamarme a mí o a él. - señaló a Hyeop mientras me miraba de forma recriminatoria.

- No fue nada grave, enserio, me soltó, no se porque pero no dejo que me ahogara.

- Estas en peligro JiMin, en mucho peligro. - aseguró Hyeop mientras me señalaba y negaba lentamente.

No hablamos más del tema, era algo incómodo para mí, una vez que ya terminé fui a la celda, donde para mi sorpresa aún seguía vacía, tome asiento en el suelo soltando un suspiro.

De la nada un chico que jamás había visto se acercó a la celda con la euforia inundando su ser, gritando y avisando.

- ¡A las duchas! ¡Ahora! - dicho eso corrió a la celda siguiente gritando lo mismo.

- ¿Las duchas?

Algo muy en mi interior quería impedirme a ir, pero mi curiosidad pudo más y salí casi corriendo de la celda.

Cuando llegue a las duchas, se podría decir que todos los internos estaban allí, murmurando cosas entre sí mientras veían algo, como pude pase entre todos para saber que era lo que veían, cuando yo también lo vi, quedé allí, petrificado viendo la macabra escena.

En el suelo de las duchas habían dos hombres, un guardia, el que últimamente iba por Nochu a la celda, el otro era un prisionero, supuse que el soplón, ambos estaban degollados, sus brazos y piernas estaban mutilados, sus cabezas estaban separadas de sus cuerpos, en cada esquina de las duchas, había sangre por todos lados, una escena grotesca, pero eso no terminaba allí, no, en el blanco azulejo había una amenaza, escrita con la sangre de esos tipos: Primera advertencia.
Nochu.

Mi mirada se posó en él, estaba con todo el uniforme lleno de sangre, su rostro estaba manchado de sangre, tenía el cabello pegado en su frente, también con sangre, en su mano tenía un gran y filoso cuchillo, lleno de sangre, sentí unas inmensas ganas de vomitar.

Unos guardias con policías entraron, apuntaban a todas direcciones, pero al ver la firma, todas las armas le apuntaron a él, aún con la mirada en el suelo dejó caer el cuchillo, levanto las manos y dijo unas palabras que me erizaron la piel.

- Uy, me atraparon. - dijo con una sonrisa casi demoníaca mientras se daba la vuelta.

Por impulso, uno de los oficiales le dio un fuerte golpe en la cara tirándole al suelo, allí lo noté, no era él.

Tomo el cuchillo para atacar al oficial, pero éste le disparó dos veces en el pecho haciendo que cayera otra vez al suelo, inconsciente y la sangre comenzará a salir. Su jefe comenzó a gritarle, nos sacaron a todos y nos encerraron en las celdas sin darnos respuestas de nada, genial.