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Sentía... Tranquilidad, ¿Qué era estar calmada?
21 años de estar encadenada a una mujer que nunca me amo... ¿Se van?
— Wow... — Escuché la voz sorprendida de Jack, sonaba aún algo asustado.
Sonreí.
— Esa es la Emily que conozco... Pero, en mis seis años de conocerte. Nunca te vi enojada.. — Dijo, mis mejillas se pusieron rojas.
— Ah, normalmente prefiero no recorrer a la violencia. Pero, con esa mujer... — Respondí levantándome del suelo, luego camine hacía mi nueva inspiración.
— ¿Quién es esa mujer, Mamá? — Cuestiono está vez, Ángels.
— Su nombre es Eira, le debo mucho por traerme a la vida... Se qué me exalte un poco. Ahora siento una inmensa tranquilidad, gracias — Conteste a su pregunta, la niña en mis brazos me miró extrañada.
— No quiero contagiarte, ¿Puedes dejarme de nuevo en la cama? — Sonreí, era muy linda y considerada.
Asentí he hice lo dicho.
[•••]
Habían pasado varios días ya, la nieve ahora abundaba las calles.. A duras penas se podía pasar.
Debido a esto, tuve que cerrar mi negocio. Era algo que haría de todos modos, navidad esta a la vuelta de la esquina.
Ángels estaba emocionada por ello, quería que su primera navidad fuera del orfanato, fuera perfecta.
Justamente, me encontraba con ella en una gran tienda de ropa.
— ¡Mamá! ¡Mamá! — Dijo, de inmediato pose mi atención en ella.
— ¿Qué pasa? — Ella me enseñó un moño rojo, tenía algunas decoraciones verdes y amarillas.
— Se vería muy lindo en ti, Jack me mostró unas fotos tuyas cuando tenías dieciocho.. Siempre utilizabas un moño grande y rosado — Cuando vea a ese tonto, no verá más la luz del día...
— Si, tenía un pésimo sentido de la moda... En aquel entonces — Respondí avergonzada, sin duda no sabía ni el más mínimo conocimiento de moda..
— ¿Pésimo? ¡Mami, tú eres genial! Cualquier cosa se ve bien en ti... — Sonreí, ella me devolvió la sonrisa.
— ¿Qué tal si vamos a juego? — Sugerí mostrando un moño más pequeño.
— ¡Sí! — Contestó de manera feliz.
Después de aquello, seguimos escogiendo más ropa, arreglos para la casa.
