Capitulo 25

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Patas de Nuez iba a cazar. Zarpa de Liebre había ido a entrenar lucha con su mentor. Desde que fue nombrada aprendiza, su actitud había subido al máximo, pues en ningún instante dejaba de saltar y correr de aquí a allá.

Había ido a ver a Canela para que le informara sobre proscritos variadas veces, incluso a veces en medio de un patrulla. Pero en el fondo, le daba la impresión de que eso era algo bueno. Un espía para el clan y un gato confiable, a pesar de ser un minino domestico.

Se desvió inconscientemente a la granja de dos patas, caminando ágilmente entre la vegetación y apoyando las patas cuidadosamente en el suelo forestal, sin siquiera emitir el mínimo ruido.

Llegó al claro que rodeaba la granja, mirando ansiosamente a los lados. Esperaba que la gata domestica fuera a su encuentro. Sacudió su cabeza. No debía de importarle eso ahora, estaba cazando...

-¡Patas de Nuez! Hola- Escucho el suave maullido de Canela, la cual caminaba hacia él con pasos suaves y el pelaje ondulante. -¿Qué haces por aquí?-

-Bueno.. Yo estaba cazando, y creo que me desvié un poco- Dijo el gato rojizo algo avergonzado. Por alguna razón, no sentía que eso fuera algo bueno, pero tampoco algo malo.

La mirada de Canela se volvió de diversión y le miro expectante por unos momentos, haciendo sentir incomodo al lugarteniente. La gata se acerco hasta estar a solo un bigote de distancia del gato, el cual no se movió.

-Pst, sígueme- Dicho esto, dio media vuelta y camino a paso rápido hacia el bosque tras la granja, saliendo del territorio. Se detuvo, mirando al gato. -¿Qué esperas?-

Aun algo dudoso, Patas de Nuez siguió a la gata, la cual se introdujo a la vegetación. Por detrás, podía ver como su elegante y lustroso pelaje se ondulaba con cada paso que daba y era moteado por la sombra de las hojas en las copas y ramas de arboles. Sus pasos eran como diminutos saltos, que hacían que su pelaje rebotara con estos.

-Y... ¿Dónde vamos?- Pregunto titubeante mientras saltaba un árbol caído.

-Lo sabrás cuando lleguemos- Ronroneo en respuesta Canela, quien pasaba por debajo de una zarza sorprendentemente sin enredar su pelaje.

"Debió haber ido a aquel lugar variadas veces" Pensó Patas de Nuez siguiendo expectante a la gata que lo guiaba.

De pronto se detuvo. Canela miraba hacia unos arbustos, su expresión irreconocible, luego agito su cabeza y miro a Patas de Nuez, sus ojos brillantes.

-Ya llegamos- Maulló alegre. Acto seguido se introdujo en los arbustos, desapareciendo en la espesa vegetación.

El gato rojizo le siguió, introduciéndose en los arbustos, algo molesto de que algunas ramas se enredaban en su pelaje.

Al otro lado, había un extenso claro rodeado por espesos arbustos, con un rio fluyente de agua cristalina y a su lado un sauce llorón, que inclinaba sus ramas hacia el agua como si tratara de beber. Algunos arboles que rodeaban el claro en su exterior producían un leve silbido por el viento, y el olor estaba cargado de olor a presas y el suave aroma de las plantas en su máxima madurez.

-Es... Es increíble aquí- Susurro el gato, mirando a su alrededor, maravillado por la paz y abundancia de aquel lugar. ¿Por qué no era parte del territorio del Clan del Alba?

-Me alegra que te guste- Ronroneó Canela pasando por su lado y parándose junto al rio a beber. El agua era tan cristalina que se podía ver la arena del fondo.

Patas de Nuez se agacho a su lado para beber. El agua era fresca, y seguramente por ahí también nadaban peces, de hecho, era improbable que no lo hicieran.

Campos de miel #1: Tiempos antiguos [Cancelado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora