¿Quién soy realmente?

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7° Capítulo

Quizás ella no recuerde nada, pero su padre sí lo recuerda...

Él es el único que sabe el secreto que es una maldición para su familia. También lo sabía su madre, pero ya murió hace algunos años.

Ese día Gwendolyn despertó gritando y su padre corrió a buscarla. Sudaba, tenía moretones por todos lados y los ojos estaban rojos.

Ella no era ella. Ella era otra persona. Gwendolyn estaba gritando, se golpeaba a ella misma y empezaba a gritar incoherencias; así lo describe él.

—Debo matar—Era lo único que decía. Primero muy despacio, luego muy alto.

—Calma hija...

—Sabes que no soy tu hija, estúpido. No hemos encontrado a ningún Lamarck en todos estos malditos años. ¡Dime dónde están!

—¡Jamás lo diría!—Gritó su padre.

Empezó a golpearse a sí misma de nuevo.

—Nuestra Creadora debe saber que somos producto suyo—Decía—Debe hacer más de nosotros. Ya han pasado muchos años desde que creó al último.

—Era una niña.

—Tiene que enfurecer. ¿Sabes que lo hizo?

—¿Qué hizo?

—Enfureció, aquel día en la fiesta de Joane. Creó a un demonio.

—No...—Dijo el con lágrimas—Ella no enfurece, ella es calmada y buena chica. La eduqué de esa manera.

—¡La educaste así para que no nos crearan!

—¡POR QUE SON MALDITOS! ¡MALDITOS!—Gritó.

—Creó a uno, pero Gwendolyn de pronto se calmó y mostró lástima, entonces muy pronto murió.

El padre hizo silencio y pensó en lo que diría. Sabía que una frase haría que se largara de una vez del cuerpo de su pobre niña.

—Dios nos cuida. Dios nos cuide a todos.

Y entonces Gwendolyn cayó en su cama. Como quien es tirada fuerte y bruscamente. Pero no despertó, volvió a dormir, como si nada hubiese pasado.

Gwen despertó esa mañana.

Era 3 de enero.

Sí. Lo era.

Fue corriendo al cuarto de su madre.

Abrió despacio la puerta, acariciando el picaporte con mucha delicadeza.

¿Cuántas veces habría tocado eso su madre?. Cerró los ojos; cuánto la extrañaba.

Abrió con cuidado el closet .

Si. Ahí estaban todos sus vestidos.

Buscó y buscó, hasta que lo vio. Vio el vestido perfecto.

Era un vestido cortado de lado, rosa y verde. Era hermoso.

Se imaginó a su madre en ese hermoso vestido; se hubiera visto fantástica.

Su madre era alta, tenía los ojos de color café, el cabello castaño y la piel muy pálida.

Ella era hermosa...

Abrió un pequeño closet que tenía su madre de hace muchos años. Solo tenía un gran espejo en su interior, no tenía más nada.

Se probó el vestido y se vio al espejo... Sus curvas se resaltaban mucho más.

Quizás debería quitarselo.

La Creadora de DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora