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Era el mes de junio cuando parecía que las cosas entre ellos se habían calmado y que de vez en cuando se mensajeaban porque él después de haberla visto por última vez fue cuando Morena le había dado un tortazo en su presencia por cómo actuaba con él

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Era el mes de junio cuando parecía que las cosas entre ellos se habían calmado y que de vez en cuando se mensajeaban porque él después de haberla visto por última vez fue cuando Morena le había dado un tortazo en su presencia por cómo actuaba con él. Habían hecho las paces y se convirtieron prácticamente en buenos vecinos y amigos.

La mujer gracias a que estaba bien con él y él con ella, aprovechó para verlo todas las noches desde el balcón de su cuarto a la casa del mecánico, no era la primera vez que lo observaba a través de los binoculares y con ellos tenía un perfecto acceso a la parte trasera de aquella casa, sobre todo en la terraza que daba al parecer al dormitorio del hombre. Nieves desde hacía tiempo se estaba recreando la vista.

Quedó anonadada el primer día que lo vio con un bóxer entrando a un jacuzzi y desde aquella vez no pudo evitar seguir viéndolo. Ese día no fue la excepción y lo peor, él se había dado cuenta de que lo estaba espiando y con más alevosía hizo lo que tuvo en mente.

Salió del jacuzzi, entró a la casa y luego salió con un refresco en una mano para dejarlo sobre el borde del artefacto. Se puso de espaldas a ella y se bajó el bóxer. A Nieves se le cayeron los binoculares al piso y cuando él entró al agua, le clavó la mirada desde lejos y la saludó con la mano.

Pronto recibió un mensaje de texto;


Eros: No disimulas para espiar. Si tú viste mis nalgas, yo quiero ver las tuyas. ;) [23:45]

Nieves: Puerco. Puedo denunciarte por mostrar partes íntimas a los vecinos. [23:45]

Eros: La única vecina curiosa eres tú. ¿Acaso soy tu objeto del deseo? [23:46]

Nieves: Ya quisieras tú. [23:46]

Eros: Somos amigos o quiero creer eso, y estamos tratando de llevarnos bien. Podríamos tener algo más. [23:46]

Nieves: En tus sueños, mecánico. [23:48]

Eros: Tengo algo que te pertenece... [23:48]

Nieves: No recuerdo haberme dejado nada en tu cueva. [23:48]

Eros: ¿No? Hace un mes atrás a ti se te cayó la cartera dentro de mi cueva, como la llamas. ¿Por casualidad no se te extravió algo? [23:49]

Nieves: :O [23:49]

Eros: Si quieres que te la devuelva, vas a aceptar sin chistar una salida conmigo. [23:50]

Nieves: Ni lo sueñes. No saldría contigo ni siquiera si me pagan. [23:50]

Eros: Piénsalo. Porque tu aceptación depende esa lista. Si dices que sí, te la devuelvo. Si dices que no, haré copias y se las entregaré a los vecinos, y la colgaré en internet. [23:51]

La lista del hombre (casi) Perfecto ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora