CAPÍTULO 8

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Plan apenas durmió. Sentir el cuerpo desnudo de Mean rodeándolo lo mantuvo despierto toda la noche.

Miró el reloj.

5:06 A.M

Aún quedaban algunas horas antes de que tuviera que levantarse.

Miró hacia abajo y sonrió al ver a su chico durmiendo sobre pecho.No pudo evitar acariciarle el cabello. Mean ni siquiera se movió, tan confiado.

Se sentía tan bien. 

El mayor suspiró mientras miraba hacia el techo. Si todo fuera tan perfecto siempre.

Esa noche había perdido el control. 

Lo había intentado de nuevo, estar con una mujer. No pudo hacerlo. En cada momento solo pudo pensar en su chico y en cómo él era mejor en todo. En cómo calentaba su cuerpo y corazón. Había regresado a casa frustrado con él mismo, con su incapacidad para cumplir con su deber. Y en casa estaba Mean, tranquilo trabajando y viéndose tan hermoso que Plan sólo pudo enojarse con su falta de preocupación. ¿Mean no dudaba de su relación?

Por primera vez en mucho tiempo Plan se permitió pensar en sus sentimientos.

¿Qué significaba Mean para él?

Sonrió al tratar de poner en palabras algo que no podía explicarse. ¿Cómo explicas algo tan profundo?

Trató de imaginar algo que lo describiera. Era… calidez. Mean era esa chispa que encendía todo en él. Su alegría, su felicidad, su tristeza, su preocupación, su enojo, sus celos, su lujuria, su ternura, su violencia, su tranquilidad… su amor. Mean representaba su esencia más pura. Era su principio y su final. Era todo lo que necesitaba y a la vez todo lo que quería dejar ir.

Recordó el primer momento en que lo vió. Había ido a ese casting tan entusiasmado, como solo un novato puede hacerlo. Estaba lleno de esperanza. Y cuando lo rechazaron se sintió como un fracasado. Estaba tan avergonzado de haber fallado que no vio al sonriente muchacho que estaba frente suyo. Ambos cayeron y Mean comenzó a reír tan fuerte que Plan se sonrojó. Recordó lo extraño que fue ver a alguien reír tan libremente. Sonrió al pensar en lo sorprendido que estaba al sentirse interesado en el menor. Era la primera vez que alguien había acelerado su frío corazón. 

¿Cuánto había pasado? 5 tal vez 6 años.

Y nada había cambiado, Mean seguía siendo la única persona capaz de acelerar su corazón, o lo que quedaba de él.

Plan tragó fuerte al pensar en cómo había cambiado Mean.

Se había ido apagando poco a poco. Tan suavemente que el más bajo no lo notó hasta que su luz entera había desaparecido. Dejándolos a ambos en la oscuridad y sin saber a dónde ir.

Cuando comenzaron su relación Plan no sabía muy bien de qué iba todo esto. Creyó que era pura curiosidad, ganas de estar con alguien diferente a su entorno.

Luego el interés empezó a transformarse en cariño y ese cariño en amor. Ese amor era tan puro. Era como el agua de una cascada, limpia y fresca, que fluía entre las filosas piedras de su corazón haciéndolas cada vez más y más suaves. 

Plan recordó lo ligero que se sentía durante sus primeros meses de relación. Recordó lo bien que se sentía haber descubierto el amor. Recordó las citas, las interminables llamadas, los sonrojos, los besos robados… Una lágrima se le escapó al recordar las sonrisas de Mean. Tan malditamente hermoso. 

Rió al recordar sus primeros besos, eran un desastre. Eran tan tímidos. Negó al recordar la primera vez que intentaron hacer el amor. Llevaban 8 meses saliendo y ambos creían que estaban listos… a penas alcanzaron a desabrochar sus pantalones antes de estallar. Recordó las risas que compartieron esa noche. 

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