La mentira perfecta[✔️]

Epílogo

Brooke (2 años después)

Carajo, Carajo, Carajo... Voy horriblemente atrasada... Bien hecho Fox, esa responsabilidad que tienes es envidiable.

—¡Tía!—Tomó mi chaqueta y volteo a ver a Bess.

—Hola Bess—La tomo en mis brazos y bajo rápido las escaleras.

—Tu último día de clases y vas atrasada... Brooke, te vas a graduar hoy.

Oliver papá de dos niñas Russell, la segunda niña soy yo, si.

—Oliv... Lo sé, lo sé—Bufo y le pasó a Bess, quien le golpea la cabeza con una sonrisa—Los veo en dos horas.

—¡Te amamos rayito de luz!.

—¡Yo los amo a ustedes!.

Les tiro un beso a las cinco personas en esa casa y comienzo a correr.

¿Mi auto? En el taller mecánico, choque sin querer... Ups.

Gruñendo porque no alcance a tomar desayuno, sigo corriendo, pero como si la vida me dijera.

¡Hey! Hoy no será tu día. Lo siento, para la próxima.

Me estrelló contra el pecho de alguien, lo cual causa que caiga de culo contra el suelo.

—¡La puta madre!—Chillón frustrada.

—¿Siempre eres así?—Levanto mi vista y veo a un chico, cabello rubio, de ojos azules... Carajo, es guapo.

¡Vas atrasada a tu último día, Fox!.

Mierda, verdad.

—Una foto dura más—Se ríe sacándome de mi pequeño transe y me tiende su mano.

—Voy atrasada, es todo—Me levanto con su ayuda—Gracias y lo siento.

—No hay porque—Me sonríe y sigue caminando.

Incómodo.

Suspiro y vuelvo a correr.

Pero enserio la vida me odia porque dos cuadras más, vuelvo a chocar, frente a una cafetería, genial.

No llego al suelo, lo cual me extrañaría, si no hubiese sentido el brazo que me rodeo la cintura, miró hacia arriba y me congeló.

No puede ser verdad.

El no está frente a mí.

—Tú...

Si, si es el, definitivamente es el.

—¡Andrew!—Chillo.

—¡Brooke!—Me envuelve en un abrazo y yo quiero hecharme a llorar.

A la mierda la Universidad.

—¡Carajo, eres tu! Estas muy guapa.

—Gracias, gracias—Sonrió y acomodo mi chaqueta—¿Que haces aquí en Londres?.

—Vivo aquí, hace un año.

Abrí mis ojos en sorpresa, woah... Que pequeño es el mundo, un año... Vaya.

Miro mi reloj y jadeo en protesta, vale, no puedo mandar a la mierda la universidad.

—¡Te amo, lo sabes pero voy demasiado atrasada!—Beso su mejilla y me dispongo a correr nuevamente.

Pero Andrew me  jala de un brazo, me pone un casco, me arrastra con el y se sube a una moto para después tenderme la mano.

Oh bendito seas, Andrew Jones.