Capítulo 10

651 98 153
                                    

Dylan

Miró a mis hermanos con una sonrisa, están jugando con Sophie.

Al fin están prestándole atención, y ella.... Ella no puede estar mas feliz, sus ojos brillan, su sonrisa es enorme, está feliz... Después de años se le ve feliz.

Mamá y papá salieron hace algunas horas, lo cual, es lo mejor para nosotros siete, a pesar de que Sophie sea una niña pequeña, tonta no es, sabe todo lo que pasa con ellos y duele que su imagen de familia feliz se desmorone o se borre de su cabeza.

Me hubiese gustado cambiar eso, me hubiera gustado que con ella hicieran esa diferencia, para jugar con ella, salir, darle atención pero no, fue igual que con nosotros y Sophie crecerá sin ese aire familiar que soñó alguna vez.

Alex la eleva en el aire y ella suelta un grito mientras se ríe, Adam se la quita y comienza a correr mientras Aaron y Andrew corren para alcanzarlos, Alex por su parte se ríe, Aaron se cae, haciendo que Andrew se tropiece con el y ambos estén en el suelo mientras Adam y Sophie chillan para seguir corriendo lejo de ellos dos.

Yo, estoy viendo todo esto desde la escalera, mojo mis labios y formó una sonrisa, Alex me observa y me sonríe, camina hacia mí y me abraza, algo shockeado lo abrazo de vuelta, no dice nada, solo me abraza y creo que jamás había necesitado un abrazo como lo hago hasta ahora.

Su abrazo es cálido y realmente fraternal, es algo extraño viniendo de Alex, pero realmente agradezco que me abrace, lo necesitaba, necesitaba a mi hermano mayor y ni siquiera se porque lo necesitaba tanto.

De pronto somos rodeados por más brazos, el grito de Sophie nos hace reír.

—¡Abrazo de siete! Los quiero mucho hermanos—Sonrió como idiota.

—Nosotros a ti princesa—Beso su cabeza y ella envuelve sus brazos en mi cuello para dejar un sonoro beso en mi mejilla.

—Eres mi favorito, no le digas a los demás—Susurra en mi odio, yo me rio y le guiño un ojo.

—Eso es un trato princesa, nadie lo sabrá.

Sophie decide que debemos jugar al pillarse, así que estamos aquí, los siete, corriendo por toda la casa mientras una Sophie corre detrás de nosotros, toca a Chad y sale corriendo como si su vida dependiera de ello, los ojos de Chad me ven y yo gruñó.

Joder, el futbolista americano tenía que tenerme de blanco.

Corre hacia mí y yo lo esquivo, como puedo porque estuve a punto de caerme, pasó por al lado de Adam y ahora es el quien la lleva, persigue a Aaron mientras nosotros buscamos refugio en la cocina, cinco en la cocina y dos en la sala, grandioso.

—¡Deja de correr, te pillar igual!.

—¡Nunca, jamás!.

—¡Aaron!.

—¡Soy como una cucaracha, no me muero, me multiplicó, tengo a dios de mi lado! ¡Me oíste perra!.

Miro a mis hermanos y ellos están mirando la puerta de la cocina con una cara digna de una foto, así que eso hago, saco mi celular y les saco una foto.

Tomó a Sophie en brazos y beso su mejilla, ella sonríe alegremente, Alex saca vasos y sirve jugo, miró los siete vasos y no puedo evitar reírme, parece junta de amigos, pero no...

Somos siete hermanos.

Y por si se lo preguntan, las edades van así, Alex y Adam veintiseis, si, gemelos, Aaron veinticinco, Chad veinticuatro, Yo veintidos, Andrew veinte y Sophie tiene diez.

La mentira perfecta[✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora