100 Ways ≈ JHS

T R E S

Tres meses después.

—S-Sigue, por favor – MiDo gemía sobre los labios de Hoseok – no te detengas.

—¿Quieres que te toque más, cariño? – introdujo dos de sus finos dedos en la cavidad rosa de la chica – no te escucho.

—S-Si, por favor – jugueteaba con los cabellos de su amante, mientras mordisqueaba sus apetitosos labios – j-joder.

Unos toques a la puerta captaron la atención de ambos, haciendo que ambos se detuvieran definitiva.

—¡Hoseok, el jefe te llama! – SeokJin gritó detrás de la puerta – ¡Quiere que vayas a su oficina!

Jung miró a la chica.

—Vuelve a tus asuntos, y no vengas hasta que yo te llame.

Ella asintió satisfecha, subió con rapidez sus bragas y acomodó su falda a modo de que todo se viera completamente normal. Sin decir una palabra, salió de la oficina dirigiéndose a su escritorio. Sacó su bolso de maquillaje de una de sus gavetas retocando su brillo y un poco de polvo en su rostro.

—¿Te divertiste, MiDo? – una de las oficinistas se acercó a su lugar con una sonrisa burlona en el rostro – demonios, chica, todos escuchamos tu espectáculo.

—¿De verdad? – rió – no quería que todos se enteraran.

—El señor Jung es casado, ten cuidado hasta donde llegas con él.

—Oh descuida – sonrió ladina – eso ya lo sé.

Saber que muchos de la empresa sabían de su relación oculta con Hoseok le hacía sentir satisfecha, le indicaba que su plan se estaba llevando a cabo de una manera espectacular y placentera.

Iría destruyendo a YangMi lenta y dolorosamente.

—¡Carajo, Hoseok! En menos de tres horas varios ejecutivos se han quejado de que sólo follas en el trabajo – Yoongi revolvió su cabello con frustración – si me llega una queja más, te descontaré parte de tu sueldo, ¿Está claro?

—Si, jefe Min – Hoseok trató de aguantar una risa – lo que usted diga.

Su amigo parecía un jodido gatito enojado.

—¡¿De qué te ríes, imbécil?!

—Es que eres tan gracioso, Yoon – guardó silencio en cuanto una mirada de fastidio – de acuerdo, te prometo que ya no lo haré.

—¿Las dos neuronas funcionales que tienes en el cerebro te han llevado a pensar tan siquiera en tu esposa?

—Yoongi...– el chico se levantó de su asiento molesto.

—¡Estás demente, idiota y enfermo! – lo señaló con su dedo índice – tarde o temprano esto se sabrá, y yo no abogaré por tí.

YangMi lloraba de risa mientras se tocaba el estómago, sus mejores amigos se habían ido del país unos años atrás, por lo que cuando tuvieron la oportunidad de irla a ver no la desperdiciaron, emprendiendo camino a su nueva casa, sin embargo, desde que ellos habían llegado, no podían mantenerse serios ni un sólo minuto.

—¡Yah! Ustedes son unos tontos, ¿Cómo se les ocurre pelear por comida?

Taehyung soltó una risa estruendosa.

—La comida es sagrada, mi querida YangMi – Jimin metió a su boca un trozo de galleta – nunca dejes que nadie toque tu comida.

Ella no puedo evitar reír nuevamente, de verdad los había extrañado en demasía. El timbre de la puerta sonó captando su atención, la chica tomó la iniciativa y se levantó para abrir la puerta. Una gran sonrisa se instaló en su rostro al ver a su hermano mayor frente a ella.

—¡Namjoon! – ambos se abrazaron – ¿Cuando llegaste?

—Apenas hoy, Yang – sonrió – Italia se me hizo tan monótono que quise regresar a casa.

—¡Kim Namjoon, que sorpresa! – ambos chicos se asomaron para ver quién era, topándose con que era el hermano de su amiga.

Namjoon hizo una reverencia, la cual ambos chicos no tardaron en corresponder.

—Chicos, pensé que a éstas horas estarían en su trabajo – Jimin se carcajeó.

—Yo soy mi propio jefe, así que me autoricé un día de descanso.

—Ser dueños de una empresa nos agobia mucho – Taehyung hizo un tierno puchero – ¡Y que mejor diversión que estar con nuestra mejor amiga!

Corrió a abrazarla para repartir besitos sobre toda su cara. Ella se encontraba en una etapa de su vida en la cual era tan feliz que ni se imaginaba todo lo que se avecinaría.