POV Bella
Media hora después ambos estacionamos a fuera de un restaurante al que a veces íbamos con Alice.
Bajé de mi auto y me dirige hacia la entrada del lugar, Edward hizo lo mismo dándome el encuentro en la puerta, la abrió para mi e hizo un ademán de que pasara, avancé y fui a sentarme en una mesa que estaba alejada de las demás. Edward me siguió y sentó frente a mi.
Unos segundos después, un chico joven llegó a tomar nuestra orden. Pedí algo ligero, ya que, realmente no tenía muchas ganas de comer, él pidió algo similar, el joven asintió y se fue dejándonos en un silencio algo incómodo.No sabía cómo empezar a pedirle una explicación por su comportamiento, si bien aún estaba enojada, sabía que no quería que discutiéramos.
Pasamos unos minutos en silencio, ninguno decía alguna palabra, sólo estábamos sumidos en nuestros pensamientos, mirando al vacío.
No pasó mucho tiempo antes de que el mismo chico que tomó nuestra orden trajera nuestros platos y bebidas.- Gracias. - Ambos dijimos al unisono. El chico sonrió y se fue después de un asentimiento de cabeza.
Empezamos a comer en silencio. Luego de unos minutos, Edward soltó sus cubiertos y sentí su mirada fijamente. Levanté mi cabeza para verlo ya que en los últimos minutos había estado viendo sólo mi plato. Solté mis cubiertos también; era hora de hablar.- Bella, yo...- comenzó titubeando un poco.- Lo siento. Siento mucho haber actuado de manera extraña, de verdad. Sé que debes pensar que soy un idiota y si, tienes razón, lo soy. Pero por favor, discúlpame. Yo lamento mi actitud algo indiferente, es que después de todo lo que dijo ella, yo no sé sólo no pude dejar de pensar en sus palabras...
- ¿Ella? - Hablé interrumpiendo sus disculpas. - Entonces, si era por todo lo que dijo. Por eso tu actitud conmigo. - Negué levemente con la cabeza. Él tal vez había creído lo que Lauren le dijo.- Pues bien, ya veo que prefieres sacar tus propias conclusiones en vez de hablar conmigo y aclarar tus dudas.
- Bella, amor, de verdad lo siento. Ayer no hablé contigo porque tenía muchas dudas y no me sentía bien en ese momento, quería estar solo y pensar. Pero al final llegué a una sola respuesta. Si, en un principio tuve dudas, pero después de todo lo que nos dijimos, después de hablarme de tus sentimientos, yo... yo ya no tengo más dudas, bonita.- Dijo tomando mi mano por encima de la mesa y entrelazando nuestros dedos.- Sé que me amas como yo a ti. Lo siento tanto, de verdad lamento haber dudado siquiera un momento. Pero soy algo inseguro y apenas y puedo creer que tu me correspondas. Pero sé la verdad, sé lo que hay entre nosotros y ni Lauren, ni nadie puede venir y decir esa sarta de tonterías, porque solo los dos sabemos como nos sentimos respecto del otro... ¿Me perdonas?
- Ay, Edward.- Dije soltando un suspiro. ¿Cómo podría no perdonarlo? Si de todas formas él se había dado cuenta de su error y sabía que esa mujer solo había dicho lo que dijo por despecho con el fin de que de alguna manera termináramos discutiendo.- Está bien, pero solo si me prometes una cosa...
-¿Cuál?- Preguntó con curiosidad.
- Prométeme que si alguna otra vez, tengamos dudas sobre el otro, la aclararemos hablando y no sacando nuestras propias conclusiones ¿Si?
- Te lo prometo, cariño.- Dijo enlazando su dedo meñique con el mío. No pude evitar reír ante su gesto. Él sonrió y acercó mi mano a sus labios para besar el dorso de ésta con cariño.Terminamos de comer y luego ambos fuimos en nuestros autos a mi casa. Al llegar nos estacionamos, para luego bajar e ir hacia la entrada. Cuando llegamos, nos quedamos ahí, sólo mirándonos, como si nada más existiera a nuestro alrededor.
Se acercó un poco y acarició mi mejilla.- Te amo tanto, Bella.- Dijo acercándose a mis labios.
- Y yo a ti Edward.- Respondí acortando totalmente la, ya mínima, distancia que nos separaba.Sentí como sus labios besaban los míos con amor, una de sus manos fue hacia mi cintura, apegándome a él, y con la que le quedaba libre acarició mi mejilla. Mis manos fueron a su cuello acercándolo un poco más si se podía. Su lengua acarició mi labios pidiendo permiso para entrar a mi boca, permiso que gustosa concedí. Su lengua y la mía danzaban sincronizadamente. Nunca antes nos habíamos besado de tal forma, pero sin duda se sentía demasiado bien hacerlo.
Nos separamos por falta de aire, pero solo un poco, porque aún seguíamos abrazados. Podría morir plenamente feliz, si es entre sus brazos. Mantuve mis ojos cerrados y sentí como la punta de su nariz acariciaba lentamente mi mejilla. Pasaron unos segundos y abrí mis ojos sólo para encontrar al amor de mi vida sonriendo y viéndome fijamente con esas esmeraldas que tanto amaba. Le devolví la sonrisa, tenía una sensación dentro de mi pecho, una sensación de esas que pasan solo cuando estás en el lugar al que perteneces, al lugar correcto. Yo sin duda había encontrado mi lugar y era aquí con Edward.Un carraspeo interrumpió nuestro momento, volteamos sólo para encontrarnos con la tierna mirada de mamá y Sue, quienes iban llegando de quién sabe donde. Nos separamos algo nerviosos, no puede evitar sonrojarme. Sabe Dios cuánto tiempo habrá pasado desde que ellas estaban ahí presenciando la escena. No es muy agradable que tu madre te vea besándote con tu novio de una manera no muy discreta. "Por favor que no lo haya visto", pedí internamente.
- Hola Renné, Sue.- Saludó Edward de manera cordial. Su rostro no tenía precio, sus mejillas estaban de un tono color carmesí que lo hacía ver tan lindo, sin contar que traía su cabello más desordenado que de costumbre. Tenía que decir algo antes de que empiece a babear.
- Buenas tardes, joven Edward.- Dijo Sue con una sonrisita cómplice en sus labios.
- Hola hijo.- Respondió Renné con una expresión muy parecida a la de Sue.
- Mamá, Sue.- Saludé un tanto nerviosa.- ¿Cuánto tiempo llevan ahí?.- Tenía que saber si habían visto más de lo que esperaba.
- Oh bueno, acabamos de llegar del supermercado y nos encontramos con una tierna escena de ustedes dos.- Dijo mamá riendo.- Lamento haberlos interrumpido pero teníamos que pasar. Pero ¿Por qué no pasan chicos?
- Oh no, Renné, yo ya me iba, no quiero incomodarlas.- Dijo Edward aún sonrojado.
-Oh vamos, cariño. Sabes que siempre eres bienvenido aquí, además creo que incomodar es lo que menos haces, así que ¿Por qué no te quedas a comer con nosotros?, Charlie ya debe estar por llegar - Dijo mamá entrando con Sue a la casa con nosotros detrás de ellas.- nosotras solo salimos a comprar algunas cosas para la comida de mañana, pero la cena ya está lista.
- Bueno, está bien, gracias. De verdad espero que no le moleste al señor Swan.- Dijo Edward un poco inseguro.
- Oh, hijo. Él estará feliz.- Dijo mamá sonriéndole. Luego se fue con Sue a la cocina dejándonos solos en la sala.
- Será mejor que le avises a Esme, no quiero que se preocupe.- Dije recordando a su madre.
- Si, le enviaré un mensaje.- Dijo tomando su teléfono. Unos minutos después, levantó su mirada y rió.
- ¿Qué es gracioso?
- Nada, es que mamá... Le dije que me quedaría a cenar con ustedes y dijo "Buena suerte con tus suegros" y pues eso venía acompañado de caritas con sonrisas algo sugestivas.- Explicó riendo.
- Jajaja oye, es cierto. Compartirás una comida con tus suegros.- Dije sonriéndole mientras me acercaba a él.
- Nuestra primera comida como suegros y yernos, !Vaya! Y ni siquiera lo tenía planeado.- Dijo divertido mientras me abrazaba. Reí ante su comentario.
- Amor, ¿Crees que siga cayéndole bien a Charlie?- Preguntó dudoso.
- Ay claro que si, Ed. ¿Por qué lo dices?
-Bueno... Los padres la mayoría del tiempo son sobreprotectores y pues, considerando que eres su única hija mujer... Tal vez quiera matarme por enamorar a su princesita o algo así.
- Pues eso no va a pasar, Charlie te conoce desde hace mucho y conoce muy bien a tus padres. De hecho cuando le dije que estábamos juntos se puso muy feliz, así que, no te preocupes, todo saldrá bien.
- Está bien, tienes razón. Mente positiva, ¿Verdad?- Dijo regalándome una sonrisa de esas que tanto me gustan.
- Exacto.- Dije poniéndome de puntitas para dejar un casto y corto beso en sus labios. Él sonrió y cuando iba a volver a besarme, oímos la puerta de la entrada abrirse. Edward se tensó a mi lado, separándose un poco de mi. Ambos sabíamos que Charlie había llegado a casa.
---------------------------------------------------------------------------------------------------Hola amores bello(a)s, espero sigan activo(a)s en esta historia y bueno sé que pasó un buen tiempo desde la última vez que la actualicé pero al menos no fueron 3 años. Jejeje no me maten por fi. Bueno, historia actualizada. Espero que ustedes y sus familiares estén bien. Como siempre amaría que dejaran sus opiniones, que me digan que les pareció el capítulo, que les gustaría que pase en la historia, cómo están, que quieren saber, en fin lo que sea, aquí estoy para responderles. De su humilde servidora.
BrendisValeria.
ESTÁS LEYENDO
Una amistad o un amor?
Teen FictionBella Swan es una chica tímida de 14 años, hija de Charlie y Renee Swan, dos exitosos empresarios. Edward Cullen un chico apuesto de 15 años, es hijo de Carlisle y Esme Cullen, un doctor profesional y una decoradora de interiores. Al conocerse como...