10. Preferiría estar leyendo (no, no soy nerd).

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Al día siguiente hice lo que quería hacer. Me dirigí a Leo para volver a hablar con él.

-Hola, Leo- Dije con alegría, sentándome en el asiento de su lado.

Él no pareció incómodo como la anterior vez, lo cual me gustó. Me miró y saludó con la mano.

Ya no quiero que me salude simplemente con la mano.

-Quiero hablar contigo, de nuevo- Dije- pero antes quiero pedirte otra cosa.

Me miró con gran atención. Supuse que su interés se evaporaría cuando escuchara lo que iba a decirle.

-Mira, me gusta que me respondas el saludo, pero... Ya ví que puedes hablarme. Quisiera que a partir de ahora me saludes, pues, hablando- Dije con toda la suavidad que pude.

Él desvió la vista un momento y cerró sus ojos. Dió un largo suspiro mientras asentía con la cabeza.

-Perfecto- Le dirigí una sonrisa- Comencemos de nuevo. Hola, Leo- Le tendí mi mano.

Él dudó unos varios segundos hasta que acercó su mano cubierta con un guante con miedo y apenas tocó la mía.

-Hola, J-joaco- Respondió con su grave y débil voz.

Me emocioné mucho. Tal vez más de lo que hubiera querido, porque noté que Leo se puso incómodo y me dí cuenta que yo estaba apretando mucho su mano.

-Lo siento...- Dije soltándolo- Bueno, ahora sí- Me acomodé mejor- ¿Te gusta escribir?

Me miró un momento y asintió. Lo miré fijamente, para que se acuerde que le pedí hablarme. Respiró hondo.

-Sí- Respondió.

-¿Escribes historias?

Dudó un momento, y luego sacó un cuaderno de su mochila negra. Me enseñó el cuaderno para que yo lo viera.

Lo abrí y estaba lleno de historias a medias y algunas ideas para escribir. Tenía una ortografía y una caligrafía hermosas. Su letra era la más pulcra que yo había visto jamás... creo.

Sus ideas eran muy interesantes, además de tener una redacción impecable. De repente me dieron ganas de leer cada una de esas historias.

-Vaya, Leo- Dije contemplando el cuaderno- esto es hermoso. ¿En serio tú te inventas todo esto?

Retiré la vista del cuaderno para mirarlo. Sus ojos de nuevo estaban iluminados. Estaba tratando de reprimir una sonrisa, pero no le salió bien y terminó enseñándome una muy pequeña, pero tierna. Podría decir que incluso se sonrojó un poco. Al final asintió.

-Es genial, Leo. En serio- Coloqué mi mano en su hombro mientras le devolvía su cuaderno.

Él siguió sonriendo mientras guardaba su cuaderno en la mochila.

-Continúa leyendo- Me animó.

-Por supuesto, lo haré.

Ese día no me moví del asiento de su lado, porque en realidad quería preguntarle también otra cosa. Quería saber si Leo había tenido un amigo como ese Daniel, el amigo de Fred. Me parece realmente raro que él sea tan bueno con las palabras y no puede hablar con alguien. Ya lo iré descubriendo.

En la salida me dispuse volver a mi casa para seguir leyendo, pero mis amigos me detuvieron en la puerta.

-¿A dónde vas con tanto apuro?- Preguntó Mica.

-No tengo ningún apuro- Disimulé- ¿Ustedes no deben ir a ningún lugar?

-Pues, sí- Respondió Agus- yo debería estar entrenando, pero...

-Joaquín, no me cambies el tema- Interrumpió Mica.

-¿De qué hablas?- Traté de sonar natural.

-Hemos notado que te estás acercando más a Leo, no creas que no- Respondió ella- Esas miradas y las charlas que tienen.

No pude evitar sonreir. Antes no me había dado cuenta, pero cuando lo dijo Mica me sonó como algo nuevo.

Sí estoy logrando acercarme a Leo. El chico ya me habla sin miedo. Con pocas palabras, pero sin miedo.

-Sí, es verdad- afirmé- Estoy logrando acercarme más a él. Me emociona.

-Sí, se nota- Dijo Agus sonriéndome- pero, ¿cómo lo lograste?

-Él se dió cuenta que yo en serio quería ayudarlo y hacerme su amigo. Se ponía muy nervioso al hablar o yo qué sé, pero me entregó un libro para que yo lo lea. Me dijo que él se siente identificado con el protagonista y que así yo podría entenderlo mejor.

-¿Qué libro?- preguntó Agus.

-Se llama "Si Fueras Tú". El protagonista es un chico de 16 años, se llama Fred. Cuenta su vida desde sus primeros meses hasta ahora.

-Si Fueras Tú...- Agus estaba pensando- No, no me suena.

-Obviamente, tú nunca lees- Terció Mica bromeando- Pero me gustó la idea de Leo. Al parecer él también quiere acercarse a tí.

Eso por algún motivo me puso nervioso, pero reprimí el sentimiento.

-Sí, lo sé- Dije- Bueno, si me disculpan, quiero ir a mi casa- Pasé entre ellos, pero Agus me detuvo.

-No, no. Aquí te quedas- Dijo- Tenemos entrenamiento.

-Pero hoy es Martes.

-Sí, entrenaremos nosotros solos- Me dirigió una sonrisa pícara.

-Eeh, preferiría estar leyendo...- Dije con suavidad, pero Agus me miró y me arrepentí- OK, lo haré- me rendí.

-Bien, yo sí me voy- Anunció Mica- Adios, muchachos- Se dió la vuelta, pero Agus también la detuvo.

-Necesitamos alguien que nos haga porras- Explicó Agus.

-A veces te odio con toda mi alma- Dijo Mica entrecerrando los ojos.

-Lo sé, pero aún así te quedarás- Agus nos abrazó por los hombros y volvimos a entrar al colegio.

1.- Si Fueras TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora