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[  p i c t u r e  ]

En la comida, en el jardín, en la ducha, en la cena, en su cama e incluso en el desayuno del día siguiente. Todo la semana no pudo evitar dejar de pensar en por qué no le permiten entrar a su casa.

¿Y si estaba muy sucia? ¿Tal vez es que su padre está muy enfermo? ¿O pensaban secuestrarlo y jamás dejarlo ver la luz del día? ¡Uhg! Odiaba ser tan curioso.

El agua golpeaba su cuerpo tras haber terminado de ducharse, después de que su madre le reclamara por tardar tanto. Pero al meterse demasiado en sus pensamientos e intentar descifrar o descubrir alguna respuesta a la atención que comenzaba a llamarle de SooBin, lo hacía perder la noción del tiempo.

Cerró finalmente la llave de la regadera para salir y vestirse ahí mismo en el baño, dándole el paso a su mayor para tomar su turno de bañarse, entre risas por los reclamos de la mujer.

Era sábado nuevamente, y pensaba ayudar a sus padres en limpiar aquel cuarto de invitados para deshacerse de algunas cosas que ya no eran necesarias en la casa, y por si a él le gustaría quedarse con otras.

Ambos hombres en la casa terminaron de limpiar un poco la planta inferior de la casa, cuando JinYon bajó finalmente, con un traje elegante de color lila para salir con sus amigas a desayunar como era todos los sábados. Y ambos familiares la acompañaron hasta la salida, esperando a que llegara el transporte a caballo para que la recogiera.

—¿Cuándo vas a regresar?

—Oh, YeonJunnie. Tranquilo, bebé. Llegaré antes del almuerzo. Apuesto a que ni siquiera te darás cuanta por lo rápido que será. —Acunó ambas mejillas de su hijo, plantando un beso en cada pómulo.

—Mientras tu madre está en el pueblo, nosotros tendremos momentos entre padre e hijo. —Lo abrazó por los hombros, sacudiendolo un poco. —¿Qué te parece, hijo?

Y YeonJun solo sonrió, volviendo a su madre cuando la carroza se detuvo frente a ellos. Ayudó a su madre a subir, viéndolos partir cuando se aseguró que la mayor iba segura. Siendo ahí cuando vio a SooBin del otro lado, cargando dos cubetas, caminando con cuidado la pequeña bajada en dirección a los tulipanes.

—Ve. —Animó su padre, dándole una palmada en la espalda.

—¿Eh? No. Estoy bien. Momentos padre e hijo, ¿recuerdas?

—SooBin hace eso cada semana. Ir y venir con más agua para las flores. Sería considerado de tu parte ayudarlo.

Regresó a los tulipanes, viendo la cabeza de SooBin resaltar entre la base de los árboles. Le gustaría ir y pasarla con él, era muy raro verlo entre semana, pero su padre y él ya habían acordado algo.

—Anda. Dedicale los fines de semana. —Dándole unas últimas palmadas en el hombro y una dulce sonrisa antes de darse la vuelta y entrar a la casa.

Perdiendolo de vista, miró nuevamente en dirección al menor. Si algo sabía, era que su padre es muy insistente por alguna razón. Agradecía que lo animara a convivir al menos con una persona de su edad y no pasarla todo el tiempo entre adultos mayores todo el tiempo.

No le molestó, y aceptó ir hasta él.

Estaba ya en la orilla antes de bajar la pequeña colina, respirando hondo, recibiendo el aire fresco de la naturaleza hasta llenar sus pulmones, exhalando silenciosamente. Y observó al castañito, con tranquilidad pintada en su cara mientras con una regadera de metal ya algo oxidado regaba los tulipanes.

𝑭𝒍𝒐𝒘𝒆𝒓 𝑮𝒖𝒚 [ YeonBin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora